Y es que asegura que en estos tiempos en que el Covid lo marca casi todo, “vemos con desazón cómo, a estos problemas de la pandemia, se suman los que nos están generando los cuatro jinetes del apocalipsis” contra el campo español del Gobierno de España.
El primero de ellos, es el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, con el ministro Luis Planas, por sus “pésimas propuestas de reforma de la PAC y su falta de peso dentro del Gobierno que impide que defienda a los agricultores y ganaderos de las propuestas de los otros ministerios”.
En cuanto a la reforma de la PAC, ha conseguido el unánime rechazo de Asaja, las cooperativas y el resto de las organizaciones agrarias, “obligándonos a realizar movilizaciones ante tales despropósitos por toda Andalucía”, que supone, entre otras desventajas, que la provincia de Córdoba pueda perder hasta el 50% de los 300 millones anuales que llegan de ayudas de la PAC actualmente.
El segundo es el Ministerio de Consumo, con Alberto Garzón al frente, empecinado en implantar el etiquetado Nutriscore, que supone “banalizar la dieta mediterránea en una agresión a la misma sin precedentes”. Desde el principio, en Asaja “nos hemos posicionado en contra de este sistema porque evidencia un total desconocimiento de determinados productos de nuestra tierra” y profundamente saludables como son el jamón ibérico, el queso y el aceite de oliva. Es un etiquetado tan simplificado, que no tiene en cuenta valores nutricionales fundamentales y positivos, como han denunciado numerosos y prestigiosos médicos expertos en nutrición. En el caso del aceite de oliva, ya han anunciado que no le será de aplicación, aunque el jamón ibérico y el queso siguen afectados.
Por ello, Asaja pide al ministro que sea coherente y saque de esta clasificación también al ibérico y al queso y cambie a los tres su calificación dándoles un tratamiento específico como productos saludables y evitando que puedan verse afectados, directa o indirectamente, por un etiquetado que rebaje su valoración real. “No hacerlo, los denigra y pone en peligro algunos de los motores económicos y de empleo, no sólo en la provincia de Córdoba, sino también en Andalucía y España”, afirma Fernández de Mesa.
LAMENTABLE CAMPAÑA DE INSPECCIÓN
El tercer conflicto proviene del Ministerio de Trabajo y Economía Social, dirigido por Yolanda Díaz, “obsesionada con atacar de forma permanente a nuestro sector”. Primero, con “la subida unilateral y sin consenso” del salario mínimo interprofesional. A continuación, cuando inició “una lamentable” campaña de inspección para detectar casos de “esclavitud o prácticas similares” en explotaciones agrícolas. “Algo inaudito y que demuestra desconocer de forma increíble la realidad actual del campo español y que nos llevó a Asaja a solicitar su cese en mayo de 2020”. Y ahora, con una nueva actuación de la Inspección de Trabajo, que ha enviado de forma masiva miles de cartas instando a la conversión de los contratos eventuales en indefinidos, lo que ha provocado un sentimiento generalizado de malestar y preocupación en el sector agrario, no solamente por lo que respecta a los empresarios agrarios, sino también en lo que respecta a muchos de los trabajadores afectados, que pueden llegar incluso a perder los subsidios.
Y, por último, cabe destacar al Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico, con la ministra Teresa Ribera, cuyas únicas directrices vienen marcadas por un sectarismo ideológico absolutamente falto de rigor, en el que sólo prima “el malentendido ecologismo tan dañino para el mundo rural como para la defensa de un medio ambiente serio”. Claro ejemplo es su posición con el asunto del lobo o las diferentes normativas que amenaza con ir desarrollando.