Dejemos para más adelante ese “escondido” espíritu felino y “depredador” y describamos ahora primero como es su aspecto “físico” exterior e interior. Empezando por lo primero, señalemos la personalidad que irradia este primer modelo diseñado íntegramente por Cupra. Llama la atención sin lugar a dudas, la prominente y vertical parrilla a base de rombos situados diagonalmente y lo mismo se puede decir de la gran entrada de aire inferior, de la misma composición que la parrilla y el que los faros antiniebla estén incrustados en en la parte alta de paragolpes, inmediatamente debajo de los angulosos faros principales que naturalmente son de tecnología led. Dos entradas de aire verticales, completan un frontal muy conseguido, en lo que a diseño se refiere, que continua en la visión lateral.
En esta se aprecia claramente la compacidad del modelo, que además sabe mezclar unas formas sinuosas y suaves, como la que recorre la parte media y baja de las puetas, con otras aristas angulosas y marcadas, como la que se inicia en los faros y recorre la carrocería hasta el final de las puertas delanteras o la que se inicia en la mitad de la puerta trasera y finaliza sobre el grupo óptico posterior. También hay que señalar los abultados pasos de rueda, protegidos por una banda de plástico, como una concesión al mundo de los SUV. Las llantas son de 19 pulgadas y lucen un sofisticado diseño con detalles de color cobre haciendo honor al logotipo de la marca que generalmente se muestra en ese color. Por su parte la trasera, que sigue mostrando ese aire de compacidad, gracias a que el techo baja hacia la luneta y al generoso alerón que la cubre, aunque no perjudica la visión trasera como hemos podido comprobar. Los pilotos son de tecnología led, contando con los intermitentes dinámicos y están unidos por una lumínica franja roja. Como en el lateral del coche, en esta zona también se unen las formas suaves, bajo esa citada línea roja, con la angulosa arista que recorre todo el panel posterior por encima de la matrícula. Un negro difusor de aire muestra a cada lado dobles salidas de escape, que por cierto, como luego insistiremos, emiten un embriagador sonido. El color “Azul petrol matt” (O sea gris azulado mate), colabora a ese aspecto deportivo que muestra el VZ de la prueba, que desde luego no pasaba desapercibido allá por donde fuera.
El interior del Formentor VZ es práctico y funcional, recordándonos a los de Volkswagen, sobrios, sin grandes alaracas de diseño, pero bien terminados y ajustados todos los elementos. EL cuadro de instrumentos, el Digital Cockpit, es una pantalla de 10,25” que se puede configurar con varias opciones, todas ellas muy luminosas y fáciles de interpretar. En el centro del lineal salpicadero se sitúa de forma superpuesta la pantalla multifunción de 12 pulgadas, algunas de cuyas funciones se pueden activar y manejar con la voz, siendo además compatible con Apple CardPlay, con AndroidAudo y estar conectada a internet permanentemente gracias a la tarjeta eSIM que lleva dentro de ella. Gracias a ello se puede acceder a servicios en línea, descargar aplicaciones, etc. Los ocupantes están “envueltos” por una agradable línea lumínica de led, que puede cambiar de color según varias opciones. Precisamente esa banda de color, independientemente de elegido, se torna roja en la esquina del salpicadero a modo de avisador de vehículo en el ángulo muerto (BLIS), lo que resulta realmente útil pues no hay que girar la cabeza hacia el retrovisor y ver el avisador naranja habitual, para saber que no podemos cambiar de carril pues hay un vehículo próximo por el que quereos ocupar.
Resultan especialmente llamativos en esta versión VZ del Formentor, los asientos delanteros con el reposacabezas integrado en el respaldo y su configuración deportiva y algo dura, lo que no le exime de ser cómodos incluso en viajes largos y con virajes a derecha e izquierda, pues el cuerpo queda bien sujeto tanto en banqueta como en respaldo. Los reglajes son eléctricos por lo que es sumamente fácil acoplarse debidamente ante el volante. Un volante con una buena cantidad de teclas para activar o cambiar sistemas, pantallas, etc., incluidos dos botones a cada lado del radio central, uno de puesta en marcha y parada del motor, y el otro para elegir el modo de conducción. Además de las teclas del volante y de los pulsadores para luces tras la izquierda del mismo, VZ no ofrece más mandos físicos, pues la mayoría de las funciones se activan a través de la pantalla multifunción, incluido por ejemplo el climatizador, lo que obliga de alguna manera a desvira la vista de la carretera para manejarlo. Aparte de las costuras del volante, puertas o salpicadero, existen otros detalles en color naranja cobre, como son los marcos de las salidas de aire. El cambio automático DSG, se maneja desde una pestaña situada en la parte horizontal de la consola y su manejo es sencillo y exacto, mucho mejor que la rueda que suelen utilizar otros coches automáticos.
Si los ocupantes delanteros pueden viajar más que cómodamente, dos personas en el trasero casi los pueden igualar, pues disponen incluso de salidas regulables del climatizador, aunque no se puede decir lo mismo de una posible tercera en la parte central, que quedaría algo flotante por la propia configuración del asiento y por el bastante voluminoso túnel central: se puede decir que el Formentor VZ es un 2+2. Por su parte el maletero, en esta versión de tracción integral, tiene una capacidad de 420 litros que se pueden ampliar hasta los 1.475, abatiendo totalmente el asiento trasero. En él existen ganchos para fijar la carga, mientras que el portón para acceder a él se puede abrir eléctricamente desde el puesto de conducción o pasando el pie por debajo del paragolpes trasero.
En el Cupra Formentor VZ, se puede viajar muy rápido y conseguir unas medias de “escándalo”, en cualquier tipo de trazado y con un nivel de seguridad y dinamismo de altísimo nivel. El principal “culpable” de esa excelente virtud, además de otros factores que permiten esas prestaciones elevadas que se adivinan, es el motor. Un cuatro cilindros de dos litros capaz de proporcionar 310 CV, entre 5.500 y 6.500 r.p.m. y un par de 400 Nm entre las 2.000 y 5.400 vueltas, lo que da idea del rango de disponibilidad de la más alta potencia. Un motor que, como era de esperar, se ha mostrado rapidísimo en las aceleraciones y recuperaciones. El turbocompresor con el que esta dotado, más la inyección mixta, directa e indirecta, se combinan para ofrece ese fuerte empuje que te deja “clavado” al respaldo, pero no con una brusca sacudida, si aceleramos a fondo, sino de forma constante y gratificante. Así es fácil conseguir una aceleración de 0 a 100 km/h en solo 4.9 segundos, mientras que la velocidad máxima se limita a los 250 km/h. El único “pero” que se podría poner a esta excelente mecánica sería el consumo, pues como es fácil de comprender, a más prestaciones más consumo, pero en ningún caso se superan apenas los 10 litros y combinando la rapidez con una conducción más relajada, que siempre será más alta que las de la mayoría de los coches “corrientes”, apenas se sobrepasarían los 7 litros.
Acompañando a esta magnifica mecánica, nos encontramos con una caja de cambios DSG de 7 velocidades, que se adapta perfectamente a sus características y permite, con sus bien estudiadas relaciones, que el brío no decaiga al ir cambiando de velocidad y que las retenciones sean igualmente rápidas cuando se frena. Existen cuatro programas de conducción, que se manejan desde el botón situado en el volante como ya hemos mencionado. Estos son, Comfort, Sport, Cupra y off road. Cada una de las opciones afecta a la dureza de la amortiguación, a la tracción total, a la dirección, a la respuesta del motor y el sonido de éste, al sistema de control activo de la velocidad de crucero e incluso a la climatización. Hemos mencionado que el sonido del motor también se ve afectado y es que disponemos de tres tipos de sonido, que varían en volumen y tono según el modo de conducción elegido. En la posición de Comfort, el motor se oye de forma lejana y solamente al subir mucho de vueltas apreciamos un volumen más parecido a un coche de talante deportivo como es éste. Ahora bien, en las opciones Cupra y Sport, cuyo sonido es casi igual, la cosa cambia y la mecánica se deja sentir de forma notoria, pero en ningún caso molesta sino todo lo contrario, anima a acelerar, frenar y hasta a reducir manualmente con las levas situadas tras el volante, con tal de oírle hacer hasta un sonido similar al del doble embrague con aceleración en vacío y todo. A los que nos gusta disfrutar de la conducción de un coche dinámico, el sonido en estas dos opciones es una auténtica delicia. En viajes largos quizás sea mas recomendable el lejano zumbido de la posición Comfort. A través de la pantalla multifunción podemos elegir un quinto modo de conducción, el Individual, mediante el cual cada elemento influido por los modos (Dirección, respuesta motor, etc.) se pueden elegir por separado y así tener un comportamiento totalmente al gusto del conductor, incluida una versión Eco.
Ya que hemos mencionado el comportamiento, señalemos que el Formentor VZ no plantea el más mínimo problema por muy rápido que se le maneje. La tracción integral y la amortiguación más bien dura, unido a un chasis muy robusto, hacen que el coche se inscriba en las curvas con una facilidad encomiable, sin sorpresas desagradables y salga de ellas con una agilidad asombrosa sin que la carrocería se inclina en demasía, pues como ya hemos dicho, aunque el Formentor este catalogado como un SUV, su comportamiento y su talante en general es el de un turismo deportivo, muy bien equipado, tanto en elementos de confort y ayuda a la conducción como en los de seguridad.