El informe, que ha presentado en la Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria del Parlamento Europeo, sitúa al paciente en el centro de las políticas sanitarias y subraya que el acceso a medicamentos seguros, eficaces y de alta calidad es esencial para avanzar en la prevención y tratamiento de las enfermedades.
En este sentido, Montserrat ha pedido que se garantice el acceso justo y equitativo de los pacientes a medicamentos asequibles e innovadores, abordando especialmente las necesidades médicas no satisfechas. Ha calificado de “inadmisible” que los medicamentos aprobados por la EMA tengan una disponibilidad en los diferentes países de la UE que oscila entre el 7% y el 90% según el país.
Además, “el 95% de las 7000 enfermedades raras todavía no tienen ninguna opción de tratamiento y más de 30 millones de pacientes nos piden una respuesta”, ha señalado la exministra de Sanidad, quien pide que revise el sistema de incentivos para la investigación y el desarrollo de nuevos medicamentos, especialmente para cubrir necesidades terapéuticas no atendidas.
Medicamentos “made in Europe”
Según explica Montserrat, “la pandemia nos ha mostrado la creciente amenaza de escasez de medicamentos esenciales, que tan necesarios han sido durante la pandemia y que por lo general no se producen en Europa, debido a su bajo precio, lo que provoca escasez, falta de acceso y tensiones en los sistemas nacionales de salud nacionales. Hay muchos factores que contribuyen a la escasez de medicamentos y uno de ellos es la gran dependencia de países no pertenecientes a la UE en lo que respecta a principios activos, materias primas químicas y medicamentos”.
Por ello, la UE ha de apostar por los medicamentos “made in Europe”: “Tiene que invertir más en investigación y aumentar su capacidad de producción, estimulando una industria competitiva que invierta en innovación, en cadenas de suministros resilientes y en empleo de calidad”.
También ha pedido a la Comisión “promover una mayor contratación pública europea conjunta, como se ha hecho para las vacunas contra la Covid-19, y procedimientos de contratación innovadores que atiendan a criterios como la fabricación europea, la entrega a tiempo o la seguridad en el suministro”.
Asimismo, ha solicitado que “se introduzcan medidas para apoyar una mayor presencia de medicamentos genéricos y biosimilares en el mercado, ya que contribuyen en gran medida a la sostenibilidad de los sistemas sanitarios”.
Otro de los retos que aborda el informe de Montserrat es la lucha contra las resistencias a los antibióticos, que causa la muerte de 33.000 personas en Europa cada año. Para ello, “considera imperativo una guía terapéutica común para los antimicrobianos” y también “campañas comunicación coordinadas a través de un calendario único”, ya que las resistencias a los antibióticos suponen una de las principales amenazas de salud pública a la que nos enfrentamos.
Así, la portavoz ha destacado que la nueva estrategia tiene como objetivo apoyar a la industria farmacéutica con un marco normativo estable, flexible y ágil y que “para ello hay que reducir la burocracia y alinear los tiempos de los procedimientos entre la EMA y las agencias nacionales”.
En este sentido, ha pedido “desarrollar marcos regulatorios actualizados, y nuevos modelos comerciales que permitan un amplio acceso a los tratamientos más innovadores: las terapias genéticas y celulares, la medicina personalizada, las nanomedicinas, la última generación de vacunas, y la e-Health”.
El informe presentado por Dolors Montserrat reclama también medidas para promover empleo de calidad en el sector farmacéutico, facilitando la retención de talento y movilidad dentro de la UE, con la ayuda los fondos Next Generation EU.
La portavoz ha señalado también que “la industria farmacéutica tiene que ser respetuosa con el medio ambiente y el clima a lo largo de todo el ciclo de vida del medicamento” y “ha pedido que se refuerce la inspección y la auditoría a lo largo de la cadena de producción y que se garantice unos elevados niveles de calidad y sostenibilidad medioambiental de los principios activos, incluidos los importados de terceros países”.
Ha concluido recordando que la estrategia “ha de garantizar que la política farmacéutica de la UE siga estando al servicio de la salud pública y su aplicación requerirá del compromiso de recursos a largo plazo, y de la participación de todos. Todo para que las necesidades satisfechas de los pacientes, la competitividad de la industria, la sostenibilidad y la resiliencia de nuestros sistemas nacionales de salud crezcan en equilibrio y mejoren en beneficio de todos”.
Está previsto que la Estrategia Farmacéutica para Europa pueda ser aprobada por el Parlamento Europeo en otoño, después de que se abra el 1 de junio el plazo para que todos los grupos políticos del Parlamento Europeo presenten sus enmiendas y estas sean negociadas dentro de la Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria.