En relación al total anual, el total de operaciones de compraventa realizadas por extranjeros en Cataluña en 2020 alcanzó las 12.406, lo que supone un 23% menos que en el año anterior, ejercicio en el que la cifra se situó en 16.134 inmuebles.
Según José Alberto Marín, decano del Colegio Notarial de Cataluña, “esta disminución de las compraventas de extranjeros en 2020 en relación al año anterior es claramente atribuible a la pandemia de Covid-19, que supuso una disminución global de la actividad notarial en la mayoría de documentos, entre ellos las compraventas en general, que disminuyeron un 17% respecto al año anterior”.
El segundo semestre de 2020, mejor que el primero
A pesar del descenso interanual, 2020 fue un año en el que en el segundo semestre, este tipo de operaciones inmobiliarias crecieron un 37% respecto al primer semestre del mismo año. Así, mientras en el primer semestre del 2020 se hicieron un total de 5.227, esta cifra aumentó a 7.179 en el segundo semestre.
En cuanto a los principales protagonistas de estas operaciones en Cataluña, en el segundo semestre de 2020, el mayor peso en las operaciones de compraventa de viviendas de extranjeros recayó en los franceses, con un 53% respecto al total, mientras que en segundo lugar se situaron los alemanes con un 9%.
Por su parte, las nacionalidades más activas en las operaciones de compraventa de viviendas de extranjeros residentes durante el mismo período de tiempo en Cataluña fueron los marroquíes (con un 15%) y los italianos (con un 12%).
El notario, un asesor de confianza
Según datos del Colegio Notarial de Cataluña, prácticamente el total de extranjeros que compran una vivienda en España deciden acudir a un notario. A pesar de no ser de cumplimiento obligatorio, exceptuando que se contrate un préstamo hipotecario, los compradores consideran que la figura del notario les aporta seguridad y tranquilidad jurídica.
El decano del Colegio Notarial de Cataluña afirma que “contar con nuestro asesoramiento y el control de legalidad que ejercemos dota al documento de la máxima seguridad jurídica. Además – prosigue – en aquellos casos en que previamente se quiera recurrir a un contrato de arras, y con el fin de garantizar que su redactado se ajusta a la voluntad real de las partes y que la cantidad entregada será restituida al futuro comprador en caso de incumplimiento del vendedor, recomendamos elevar a público este documento, es decir, firmar el contrato de arras ante notario para evitar futuros conflictos; a estos efectos, la Generalitat ha establecido bonificaciones fiscales que hacen que el coste de esta garantía sea muy asequible”.