Junto a este concept, lanzado como toda una declaración de intenciones, llegaba el logotipo con el que se ha identificado la marca desde entonces: una D y una S enlazadas y con rasgos prácticamente simétricos. Sus formas suaves y fluidas se acercaban al diseño del capó del DS de 1955. La “S” fue la primera letra en surgir de los lápices de los diseñadores. Su elegante trazado se inspira en la silueta que forman la bisagra del maletero del “Tiburón”, el pilar trasero y la forma del techo de este revolucionario automóvil. Tras este auténtico flechazo creativo, la “D” se dibujó jugando con un efecto de espejo de la “S”.
Con estos trazos aparentemente sencillos se expresan tanto la diferencia del automóvil francés, como el inconformismo y la audacia que forman parte del ADN de la marca, sin perder de vista aspectos como el estilo, la sensualidad la distinción y el estatus. Un fiel reflejo de una nueva manera de pensar el automóvil y de un futuro inspirado por una historia única, con la innovación, la elegancia y el cuidado por los detalles como señas de identidad.
Esta seña de identidad de DS Automobiles está presente tanto en el frontal y diversos elementos de todos y cada uno de sus modelos como en los monoplazas de la escudería DS Techeetah, que llevan su espíritu deportivo y su compromiso por la electrificación por los circuitos de todo el mundo, en el Campeonato FIA de Fórmula E. También es parte esencial de la colección de productos lifestyle DS, que lleva el refinamiento francés y el espíritu transgresor de la marca a todo tipo de prendas y complementos de moda.