Economía

Una realidad (temporalmente) híbrida

Jacques-Aurélien Marcireau, Edmond de Rothschild Asset Management.

OPINIÓN: Por Jacques-Aurélien Marcireau, gestor del fondo EdR Fund Big Data en Edmond de Rothschild Asset Management

Miércoles 04 de agosto de 2021
Una organización de trabajo híbrido es el término más utilizado para describir la inestable coexistencia entre el teletrabajo y la presencialidad que la mayoría de las empresas están experimentando actualmente. En esta zona gris, que tolera la contradicción, es como si nos hubiéramos adentrado en los dominios de la mecánica cuántica y en el experimento según el cual el gato de Schrödinger puede estar vivo y muerto a la vez. id:74734

El teletrabajo no es la única cuestión que nos hace vivir una realidad híbrida e intrínsecamente inestable. Varios equilibrios se han puesto en entredicho, y tendremos que lidiar con ellos.

Aunque cada empresa elegirá su propia organización tras la crisis, la organización del teletrabajo tras la COVID-19 y la disposición de los equipos a volver a las instalaciones en persona proporcionan una indicación muy precisa del clima social dentro de la empresa y, potencialmente, de su futuro estratégico. De hechouna empresa cuyos empleados ya no desean volver a las instalaciones debe preguntarse por la dinámica colectiva que ha conseguido crear hasta ahora. A la inversa, las que se benefician de una fuerte tendencia a la vuelta voluntaria a las oficinas, pero que no quieren cambiar el entorno de trabajo o se ven tentadas por el extremo opuesto -pasar a ser totalmente virtuales- tendrán que elegir entre una pérdida de atractivo o un estancamiento estratégico.

Dejando el tema del teletrabajo para hablar de forma más general del clima híbrido en el que vivimos: nunca ha sido tan incierto el suministro de bienes esenciales -los precios de los contenedores se han multiplicado hasta por cinco en los últimos meses en comparación con el precio previo ala Covid-19 - y nunca hemos dado tanto valor a intangibles superfluos, como los NFT-tokens no fungibles, objetos digitales basados en la tecnología blockchain- u otras criptodivisas exóticas cuyo precio solo se basa en un frágil consenso. Hemos escogido el ejemplo de las cadenas de suministro, pero podríamos haber tomado igualmente el ejemplo de los semiconductores o de ciertos metales, como el cobre, o los elementos de tierras raras.

La palabra híbrido también describe esta dicotomía entre empresas que durante 30 años se han beneficiado en gran medida de las amplias posibilidades de la globalización y el laissez-faire para aumentar sus márgenes. En concreto, la ola de consolidación iniciada en los de los años 80 permitió reducir la intensidad competitiva de la intensidad competitiva y apoyar los márgenes, al igual que el uso de la deslocalización deslocalización, en un entorno en el que los países emergentes concedieron un lugar importante lugar en sus mercados a los extranjeros. Es no es de extrañar que las empresas más ágiles empresas hayan hecho subir los márgenes del S&P 500 del 4% en los años 80 a más del 10% en la actualidad.

Ahora, esta realidad coexiste con otra: estas empresas son cada vez menos bienvenidas en estos países, que ya no tienen verdaderos escrúpulos para considerar que deben prevalecer los intereses estratégicos locales. Esta inversión de la fortuna va acompañada de la necesidad de rendir cada vez más cuentas de sus prácticas medioambientales y sociales en sus países de origen. Las demandas contra Shell en los Países Bajos son una prueba de ello, al igual que las acciones emprendidas por los activistas financieros con respecto a Exxon. Se trata de una corriente que va más allá de las fronteras geográficas. Japón está dando prioridad a la seguridad económica, mientras que China está fomentando que sus plataformas de Internet sirvan al mercado nacional. Se está recordando a las empresas su origen y su responsabilidad.

Híbrida es esta visión de un mundo en el que muchos valores de la nueva economía y de la vieja economía en vías de modernización se han llenado de financiación -ya sea a través de la financiación bancaria o de fondos de capital privado o de capital riesgo- y se preparan para un nuevo acto en el viejo juego entre los jóvenes y los viejos. Estamos convencidos de que el resultado no seguirá una lógica maniquea y que habrá pérdidas iguales en ambos lados, diferenciando subsector por subsector, empresa por empresa.

Una cosa es cierta: al igual que el clima empresarial ya no soporta la expansión estructural de los márgenes, el aumento de la competencia con importantes recursos financieros sugiere que los márgenes corren el riesgo de un comportamiento irracional. Añade a esto la promesa difícil de cumplir de todas estas empresas de que pueden trasladar la inflación de los costes de las materias primas y la logística a sus clientes, al tiempo que aceleran la cuota de mercado y el crecimiento, una medida unilateral del éxito y las valoraciones.

La palabra híbrido se utiliza finalmente para describir la cohabitación entre la realidad vivida en los mercados de renta variable, a saber, el dominio de los flujos temáticos y las interpretaciones del estilo "crecimiento, valor, impulso, calidad", y una realidad que será mucho más compleja y matizada; sin embargo, esto todavía tardará unos meses, quizás incluso uno o dos años más, en imponerse, mientras las muletas intelectuales en las que nos apoyamos siguen siendo de naturaleza práctica.

En este mundo post-Covid, post-dejar-pasar, neocomplejo, para disgusto de los amantes de los carteros y las cartas, creemos que la rentabilidad se generará en primer lugar a través de la calidad de la ejecución de las empresas frente a los numerosos retos que se avecinan, independientemente de la etiqueta que se les haya puesto hasta ahora.

La renta variable nos parece la clase de activos mejor preparada para hacer frente a todas las facetas de un entorno que cambia rápidamente -política monetaria, geopolítica, clima-, pero una si miramos fijamente, no nos dirá nada sobre el mosaico de realidades que coexistirán y que harán atractiva la gestión por convicción ascendente, nuestra especialidad.

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