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Bain & Company estima que el actual mercado mundial del hidrógeno podría duplicarse de aquí a 2050

Según el informe Global Energy and Natural Resources Report 2021

Viernes 24 de septiembre de 2021
El primer informe de Bain & Company sobre la industria global de la energía y los recursos naturales analiza cómo el sector energético y los inversores ASG pueden colaborar para aprovechar la transición energética. id:76137

Los próximos cinco años supondrán un intenso periodo de cambio para las industrias del sector de la energía y los recursos naturales (petróleo y gas, utilities, productos químicos, minería y agricultura), en los que muchas compañías se reinventarán para hacer frente al cambio climático y a la transición energética y de recursos. Algunos inversores están apostando contra los grandes operadores, desplazando el dinero a nuevas empresas con menos bagaje histórico. El primer informe global de Bain & Company sobre energía y recursos naturales: Global Energy and Natural Resources Report 2021 concluye que sería un error descartar a estas compañías.

Este nuevo estudio señala que la experiencia, las capacidades y la escala de las empresas tradicionales de energía y recursos naturales son palancas necesarias para la transición energética. Pero para liderar la transición, estas compañías deben invertir en innovación, redefinir su impacto para mantener la licencia social necesaria para operar en los lugares más vulnerables del mundo, y comunicar una historia creíble a los inversores para asegurar el capital necesario para nuevas inversiones.

Álvaro Polo, socio asociado de la práctica de Energía en la oficina de Madrid, añade: “Una cuestión fundamental para las compañías energéticas de nuestro país es cómo pasar de un modelo con retornos tradicionalmente altos a un modelo futuro que se está definiendo. Qué inversiones realizar, dónde y cuándo para no llegar ni pronto ni tarde en cuanto al desarrollo de activos renovables, nuevos servicios energéticos para consumidores y el sector comercial e industria, pero también cómo escalar los nuevos negocios, cómo transformar el modelo operativo, qué implicaciones organizativas y financieras surgen, cómo aprovechar las palancas de excelencia operativa del negocio tradicional para ayudar a financiar lo nuevo. Por otra parte, se están abriendo nuevas oportunidades alrededor del hidrógeno, los biocombustibles, etc., que además de inversión, necesitarán el desarrollo de regulación.

Y en las compañías de recursos naturales, como las siderúrgicas, es necesario pensar en qué capital dedicar a invertir en la descarbonización (reducción de emisiones, reducción de la intensidad energética), cómo capitalizarla transición vendiendo productos finales asociados a la transición. Aunque la transición energética no está exenta de complejidad, la descarbonización no está reñida con la eficiencia y la excelencia operativa. Y un enfoque en positivo podría ser conseguir más altas cotas de innovación y excelencia operativa espoleadas por la necesidad de descarbonizar.

La colaboración del regulador, los inversores (entre ellos los ASG) y las compañías con un plan realista para la transición del sector energético y el industrial conseguirían proporcionar certidumbre, atraer inversión y por tanto impulsar nuevos sectores y la actividad económica en general”.

Garantizar el capital necesario para construir un mundo con cero emisiones netas

Las empresas energéticas no solo están sometidas a la presión de los inversores activistas que buscan la mínima emisión de carbono, sino también a un conjunto más amplio de inversores que apoyan cada vez más a las compañías insurgentes para lograr este cambio.

El nuevo informe de Bain& Company explora cómo la relación entre los inversores ASG y las empresas energéticas puede estar acercándose a un punto de inflexión, pasando de las estrategias iníciales de confrontación de los inversores ASG a la proliferación actual de objetivos ASG en todo el sector de la energía y de los recursos naturales. Los autores del informe sugieren que la siguiente fase sea de colaboración, donde las empresas de energía y recursos naturales aprovechen la fuerza de sus negocios tradicionales para asegurar la financiación de los gastos de capital en nuevos activos e infraestructuras que apoyen la transición energética. Esto incluiría el apoyo a la producción de materias primas biológicas, la generación de energía renovable, los electrolizadores de hidrógeno, las infraestructuras de recarga de vehículos eléctricos y el reciclaje de residuos.

A pesar de este compromiso, el nuevo estudio de Bain & Company muestra que los inversores se han sentido más atraídos por otros sectores durante la última década. En 2010, las empresas de energía, utilities, materiales y el sector industrial representaba el 30% del S&P 500; a finales de 2020, su cuota había caído al 16%. Las cinco principales empresas petróleo y gas han perdido juntas unos 200.000 millones de dólares de capitalización bursátil desde 2015. Y los inversores institucionales que han aprobado más propuestas climáticas mantienen inversiones más pequeñas en energía y recursos naturales.

Los inversores ASG podrían apoyar este impulso de la sostenibilidad pasando de ser adversarios a defensores, apoyando a las empresas tradicionales que demuestren una buena trayectoria de cambio y recompensando a otras que den pasos tangibles para reducir sus emisiones de carbono a escala. En algunos casos, los inversores en ASG podrían dar un paso más allá ayudando a las empresas públicas a volverse total o parcialmente privadas durante un tiempo, para acelerar ámbitos de la transición que puedan resultar más difíciles bajo la propiedad pública.

Establecer un camino realista hacia la descarbonización para el sector de la energía y los recursos naturales

La mitad de las empresas de energía y recursos naturales han situado la transición energética en el centro de su estrategia. Aunque muchas de estas empresas han anunciado ambiciones de cero emisiones netas a 25 o 30 años vista, las empresas de petróleo y gas, de minería y las utilities siguen estando por detrás de otros sectores en sus compromisos climáticos. Será imperativo que las empresas que lideren la transición establezcan una trayectoria realista con señales verificables de progreso y que adopten resoluciones específicas, como la vinculación de la remuneración de los ejecutivos a los resultados ASG.

Hacer realidad la promesa del hidrógeno bajo en carbono

Cada vez está más claro que las estrategias tradicionales de reducción no lograrán por sí solas el objetivo de las cero emisiones netas. Para alcanzarlo a tiempo, se necesitarán innovaciones adicionales. La innovación más prometedora, por el momento, es el hidrógeno bajo en carbono.

El estudio de Bain & Company estima que el actual mercado mundial del hidrógeno podría duplicarse con creces de aquí a 2050, de unos 115 millones de toneladas a 300 millones de toneladas, pasando el componente relacionado con bajas emisiones de carbono de ser prácticamente inexistente a constituir la mayor parte de la oferta.

Llegar a nuevos mercados para crear valor

Las empresas de recursos tendrán que manejarlas necesidades de su actividad principal al tiempo que crean nuevas fuentes de crecimiento que satisfagan las cambiantes necesidades de los clientes. Algunos ejemplos:

- La transición de los tubos de escape de los vehículos a las baterías: La transición de los motores de combustión interna a los vehículos eléctricos está provocando un efecto dominó en las cadenas de suministro. En el ámbito de los productos químicos, los volúmenes de los sistemas de escape utilizados en los motores de combustión interna, que se basan en catalizadores químicos, pueden haber alcanzado su punto máximo. Hasta ahora, las estrictas normativas han obligado a los fabricantes de automóviles a utilizar más catalizadores químicos, lo que ha supuesto un mayor valor por vehículo medio. De hecho, el valor total de los catalizadores químicos en los sistemas de escape creció un 7% al año desde 2010. Sin embargo, se prevé que en los próximos cinco años el crecimiento se ralentice hasta el 2% anual, y que el mercado mundial se reduzca después. Se calcula que el mercado total de los motores de combustión interna alcanzará su punto máximo en 2028, ya que los vehículos eléctricos de batería aumentarán hasta el 35% del parque mundial hacia 2040.

- Responder a una dieta cambiante: Las proteínas animales de origen terrestre se cobran un peaje en los recursos naturales, ya que representan alrededor del 14,5% de las emisiones de gases de efecto invernadero en la agricultura y el 80% de todas las emisiones de GEI relacionadas con la alimentación en todo el mundo. Estas proteínas animales de origen terrestre utilizan en total una cuarta parte del agua y el 80% de la tierra dedicada a la producción de alimentos. Las innovaciones en la producción de proteínas, como las alternativas lácteas y cárnicas de origen vegetal, podrían reducir esa intensidad de recursos con el tiempo. Es probable que el futuro de las proteínas incorpore en gran medida a las nuevas tecnologías y, a medida que se vuelvan más competitivas en cuanto a costes, las alternativas a las proteínas podrían sustituir entre el 15% y el 35% de las proteínas animales en EE.UU. entre 2030 y 2035.

Aprovechar el talento y la tecnología de próxima generación para transformar las cadenas de suministro de energía

Los trabajadores de primera línea del sector de la energía y los recursos naturales se están volviendo más expertos en tecnología, por necesidad. A medida que los nuevos sistemas que desarrollan se vuelven más sofisticados, los trabajadores reciben capacitación para comprender y trabajar con los sistemas digitales que maximizan la productividad. El informe de Bain& Company también concluye que más de la mitad de los directivos de las compañías de energía y recursos naturales no están satisfechos con la precisión de sus previsiones de demanda. La previsión avanzada y los modelos de demanda más sofisticados promoverán una planificación precisa y reducirán la huella de carbono de las operaciones de la cadena de suministro. Asimismo, una nueva ola de automatización inteligente emplea la inteligencia artificial y los sistemas de Internet de las cosas para gestionar tareas difíciles, peligrosas o precisas de forma más flexible. Este cambio promete facilitar una mayor automatización en las industrias de la energía y los recursos naturales, que suelen encontrarse en entornos más abiertos y variables.

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