Dado que Iberdrola vende su energía a través de este tipo de contratos, la compañía espera que se revierta la provisión de 114 millones de euros que hizo en el tercer trimestre, y que el impacto fiscal de las medidas del Gobierno a 30 de septiembre se sitúe en 85 millones de euros.
Por su parte, Enel, la matriz italiana de Endesa, ha proporcionado menos información, aunque mantiene la previsión de EBITDA para sus actividades en España, publicada antes de que se anunciara el impuesto sobre la energía.
La marcha atrás dada por el Gobierno español hace que el país vuelva a estar en línea con el resto de la UE, donde los gobiernos no han impuesto tasas inesperadas a las empresas de utilities, aunque algunos, como Francia, han proporcionado apoyo a los clientes minoristas más afectados.
Dejando a un lado la intervención de los gobiernos, la mayoría de las empresas de servicios públicos europeas fijan los precios y los márgenes de una gran parte de su producción de energía por períodos renovables de 12 a 24 meses. En el mercado actual, esto sólo garantiza un modesto beneficio para su EBITDA y los flujos de caja de este año y el próximo.
Sin embargo, creemos que los precios mayoristas de la electricidad seguirán subiendo durante algún tiempo, dadas las limitadas soluciones a corto plazo para abaratar las materias primas y la mayor presión de la oferta y la demanda por el continuo desmantelamiento de la capacidad de generación fiable. Por ello, esperamos que los flujos de caja de las utilities comiencen a mejorar a partir de 2023 y en adelante.