“Existen algunas estrategias -explica Carmen Antolinos, directora técnica de Sanosil- que las empresas del sector agroalimentario pueden implementar para reducir el consumo de agua en sus procesos, disminuir el impacto medioambiental y mejorar la Responsabilidad Social corporativa”.
En línea con lo que afirma la doctora Antolinos, la industria agroalimentaria trabaja con distintos propósitos de mejora. Uno de ellos pasa por identificar aquellos puntos de la producción en los que se podría reducir el consumo de agua, así como reutilizarla.
Trabajar con proveedores que ofrezcan garantías de uso responsable de las materias primas es otro de los pilares que se está promoviendo. “En este punto -añade Carmen Antolinos - una buena práctica pasa por trabajar con grandes proveedores que nos ofrezcan certificaciones de sostenibilidad y, en paralelo, colaborar con pequeños agricultores y ganaderos que apliquen buenas prácticas ambientales”.
Sanosil, empresa con más de 38 años de experiencia en el sector de la desinfección y presente en más de 40 países, ayuda en este sentido a los agricultores, con una solución que consigue disminuir el elevado consumo de agua que se lleva a cabo en el lavado de productos hortofrutícolas, mejorando hasta en un 50% la eficiencia en el uso del agua de lavado de frutas y verduras en la industria alimentaria.
“Asimismo, con nuestros desinfectantes específicos para la agricultura conseguimos -añade la directora técnica de Sanosil- favorecer la filtración del agua y nutrientes en el suelo, al mismo tiempo que evitamos la lixiviación y percolación de estos, aumentando la oxigenación del suelo y evitando el sobre riego”.
Las empresas agroalimentarias también trabajan en la optimización de los procesos productivos y las líneas de procesado, que suponen un elevado consumo de agua dentro de la industria. En este sentido un diseño higiénico aplicado a las instalaciones favorece una limpieza más sencilla de las líneas de procesado, lo que en paralelo reduce la huella hídrica. Si unimos esta optimización al empleo de desinfectantes que no dejen residuos tóxicos, como en el caso de Sanosil, y que no necesiten aclarado, el beneficio se multiplica.
“Además -añade Carmen Antolinos- la desinfección en estas zonas de conducción y almacenamiento favorece una disminución del agua que se suele desperdiciar en estos procesos, ya que desinfectando evitamos que el agua estancada se contamine y que los sistemas de conducción se dañen”.
La reutilización del agua es otro de los puntos de mejora en la industria alimentaria en pro de la disminución de la huella hídrica en este sector. “Podemos recuperar el agua que se emplea en los procesos -explica la doctora Antolinos- ya que Sanosil oxida la materia orgánica. En función de la carga que contenga el agua es posible aprovecharla varios ciclos más, y después reutilizar el agua residual en procesos de desinfección y limpieza”. Y no solo para la limpieza podemos reutilizar el agua; Sanosil cuenta con una solución, Sanosil Super 25 (desinfectante profesional especialmente indicado para la desinfección de aguas de consumo humano y animal), capaz de convertir aguas contaminadas en agua potable.