La nueva variante de Covid-19 B.1.1.529, u Omicron, identificada en el sur de África ha sido clasificada oficialmente como "variante preocupante" por la Organización Mundial de la Salud.
Los contagios por Covid-19 habían repuntado en varios países, especialmente en Europa, debido al clima invernal más frío, a la vuelta a niveles de actividad más normales con pocas restricciones y a algunas brechas en la cobertura de vacunación.
Sin embargo, lo que estamos viendo en Sudáfrica es mucho más preocupante. El número de casos en Europa había aumentado un 5% al día en las últimas semanas, con un número reproductivo R de 1,3 (lo que significa que cada persona infectada contagia a otras 1,3).
En los últimos diez días, en Sudáfrica los casos han aumentado un 17% al día, lo que equivale a un número R de 2,2. Si nos fijamos sólo en los últimos días, podría ser incluso mayor: el crecimiento de los casos en los últimos 5 días implica una R de 2,6.
Los datos sugieren que la nueva variante puede evadir la inmunidad
El Covid-19 ya había alcanzado niveles endémicos en Sudáfrica tras las oleadas de las variantes Beta y Delta. Sólo un 24% de la población ha sido completamente vacunada, pero entre el 80% y el 90% de los adultos de las zonas urbanas habrán creado inmunidad a partir de contagios anteriores.
El actual aumento de los contagios en Sudáfrica sugiere, por tanto, que la nueva variante Omicron es capaz de evadir la inmunidad existente en cierta medida. Su perfil genético indica que no es simplemente un derivado de la variante Delta. Contiene muchas mutaciones, que pueden hacerla más infecciosa que las variantes anteriores.
Es demasiado pronto para decir qué niveles de inmunidad existentes gracias a la vacunación podrían ofrecer protección contra el contagio, la hospitalización o la mortalidad. La mayoría de las hospitalizaciones en Sudáfrica han sido de pacientes no vacunados, pero, recordemos que la mayoría de la población no está vacunada.
En términos de tiempo, esperamos que los principales fabricantes de vacunas (como Pfizer y Moderna) tengan datos en los próximos quince días sobre la protección que confieren sus vacunas actuales. En las próximas dos o cuatro semanas deberíamos tener más información sobre la transmisibilidad, y en los próximos uno o dos meses sobre la gravedad.
Mientras tanto, los datos sobre hospitalizaciones y muertes en Sudáfrica, especialmente en la provincia de Gauteng, donde se han producido la mayoría de los casos de Omicron, serán la medida clave a seguir.
La siguiente tabla ofrece un resumen de lo que creemos que son los posibles escenarios en cuanto a la evolución de la variante. En la actualidad, vemos el escenario 3 como el de mayor probabilidad, pero es una situación que todavía está evolucionando y se necesitarán más datos.
Las restricciones a los viajes llegan demasiado tarde
Los países ya están tomando medidas para intentar limitar la propagación de la variante. Japón, Israel y Marruecos son algunos de los que han cerrado sus fronteras a todos los turistas, mientras que muchos países han establecido prohibiciones de viaje o normas de cuarentena respecto al sur de África.
Es probable que estas medidas lleguen ya demasiado tarde para tener una efectividad significativa. Omicron ya ha sido identificado en varios países y probablemente ya está presente en todos los lugares que no tienen requisitos estrictos de entrada. Posiblemente se extienda con mayor rapidez en los países en los que ya se han levantado en gran medida las restricciones impuestas por el Covid, como Estados Unidos, Reino Unido, Sudamérica y gran parte del sur de Asia.
Johanna Kyrklund, directora de Inversiones de Schroders:
Es muy pronto para hacer frente a esta nueva variante, pero no hemos vuelto al punto de partida de marzo de 2020. En el tiempo transcurrido desde entonces, hemos aprendido mucho sobre el virus, la ciencia avanza a gran velocidad, y gran parte del mundo desarrollado, al menos, tiene altos niveles de cobertura de vacunación.
Por tanto, no creo que sea el momento de que los inversores rehúyan el riesgo por completo. Pero las incertidumbres son demasiado grandes para que esto pueda calificarse como una oportunidad de compra.
No es sólo Omicron; el ciclo ha madurado
El año pasado por estas fechas, tuvimos los anuncios de las primeras vacunas contra el Covid-19. Ese fue el momento en el que la audacia demostró ser la estrategia correcta: las grandes apuestas en activos cíclicos -especialmente los vinculados a la reapertura de los negocios- demostraron ser la decisión acertada.
Sin embargo, los mercados han evolucionado desde entonces. El ciclo económico ha madurado y las valoraciones son ahora más elevadas. Con la nueva variante suponiendo un riesgo adicional para el crecimiento, no creo que sea el momento de hacer apuestas macroeconómicas similares. Es el momento de ser más selectivo.
Los inversores también deben tener en cuenta que la aparición de la nueva variante puede hacer que los bancos centrales retrasen el endurecimiento de la política monetaria. Ya pensábamos que los bancos centrales iban por detrás de la curva en lo que se refiere a reaccionar ante una mayor inflación. Si retrasan aún más el endurecimiento, esto podría seguir apoyando las valoraciones.
La diversificación será clave
Dada la mayor incertidumbre y la fase tardía del ciclo económico, la diversificación será probablemente crucial. El papel de la renta fija como diversificador en las carteras sigue siendo importante, en mi opinión.
Las materias primas son otro ámbito que podría resultar interesante. El precio del petróleo sigue estando impulsado en gran medida por la oferta, que es bastante restringida, más que por la demanda.
Los inversores podrían considerar la posibilidad de ajustar su exposición a la renta variable, en lugar de abandonar por completo las acciones. Europa es quizás la región en la que la rentabilidad de la renta variable puede verse más afectada a corto plazo. Varios países ya estaban imponiendo nuevas restricciones ante el aumento de los contagios antes incluso de conocerse noticias sobre la variante. En cuanto a los estilos de inversión, es posible que se siga favoreciendo el crecimiento en detrimento del valor, lo que podría llevar a Estados Unidos a ser un ganador relativo.
Mientras tanto, la inversión temática ofrece opciones diseñadas para ser impermeables al contexto más amplio del mercado. Las "megatendencias", como la transición energética o el mayor uso de la infraestructura digital, suponen cambios estructurales a largo plazo que se mantendrán a pesar de todo.
No es momento de exagerar
Me he preguntado: en esta fase tardía del ciclo, ¿qué estaría haciendo, aunque no hubiera aparecido esta nueva variante? Y la respuesta es: aumentar la diversificación; ajustar la exposición cíclica; y salir de las posiciones de "reapertura". Todo esto sigue siendo válido.
La persistencia de las presiones inflacionistas es otro factor que se mantiene. Si la nueva variante es lo suficientemente severa como para provocar más restricciones en la actividad, esto se sumará a las turbulencias existentes en la oferta y el mercado laboral.
En definitiva, es demasiado pronto para decir cómo afectará Omicron a los mercados a largo plazo. Sencillamente, aún no tenemos suficiente información al respecto. Al margen, tener cuidado con la exposición cíclica podría ser prudente a corto plazo, pero es demasiado pronto para un cambio generalizado.