Se trata de un seminario de reflexión académica, organizado por Nueva Revista, y dirigido y moderado por Francisco Cabrillo, catedrático emérito de Economía Aplicada de la Universidad Complutense de Madrid y profesor Eminent Senior en UNIR. En la sesión de hoy también intervino Eva Asensio, vicedecana de la Facultad de Empresa y Comunicación de UNIR.
Stuart Medina indicó que la Teoría Monetaria Moderna parte de “la constatación de un hecho trascendental: el abandono por parte de la Administración Nixon, en 1971, del patrón oro, del sistema de Bretton Woods, y desde entonces los países recurren a moneda fiduciaria o moneda fíat”. Dicha corriente de pensamiento económico mantiene la tesis de que “un Estado independiente puede emitir su moneda fiduciaria y pagar con ella, que es comprada por el Banco Central”.
El experto explicó que el sistema de moneda fiduciaria obliga a “repensar la secuencia lógica del flujo monetario y tributario”. En ese esquema, “el Estado, que tiene el monopolio de la fuerza, tiene necesidad de aprovisionarse de trabajo, bienes y servicios; impone tributos denominados en moneda, de la cual es el emisor en exclusiva”. Y en el sector privado nace “la demanda de moneda, único objeto útil para pagar los impuestos, y una oferta equivalente de trabajo, bienes y servicios”. Finalmente, “los ciudadanos venden trabajo, bienes y servicios al Estado a cambio de moneda útil para pagar los impuestos; además la utilizan como medio de pago interno. Y la moneda no utilizada para pagar los impuestos es acumulada como ahorro neto (agregado)”.
Para Medina y los defensores de esa teoría, el punto de partida es que “el dinero es una creación del Estado, es decir, que el Estado tiene un monopolio de emisión de moneda, por lo que nunca puede ser insolvente”. Además -añadió- “no tiene que hacerse con dinero antes de gastar", al ser el "emisor en exclusiva".
Eso no quiere decir que “el Estado pueda crear toda la moneda que quiera si no quiere generar inflación, pero sí tiene todos los elementos suficientes para evitar un proceso inflacionista.”
"Frente a lo que afirma la teoría monetaria tradicional de que la deuda pública debería producir un aumento de los tipos de interés, ocurre justo lo contrario", apostilló.
Ante la pregunta del moderador sobre si España debería salirse del euro, Medina señaló que “fue un error entrar en la Unión Monetaria sin la Unión fiscal”; y aunque actualmente “el euro es sostenible”, hay “una fijación excesiva en reglas de gasto y déficit que dificultan que los Gobiernos puedan reaccionar eficazmente ante las crisis económicas y financieras, a diferencia de Estados Unidos, que tiene más capacidad de recuperarse económicamente”.
POSTURA CONTRARIA
Por su parte, Juan Ramon Rallo, autor del ensayo ‘Contra la Teoría Monetaria Moderna’ (Deusto), se mostró crítico con la misma, argumentando que tiene “riesgos inflacionistas reales” y recordando que “la deuda pública la pagan los ciudadanos”.
Alega que “la moneda fíat es un pasivo más del Estado”. Y, por tanto, “pagar un bono del Tesoro con moneda fíat no es más que sustituir un tipo de deuda (el bono) por otro (la moneda fíat): no se paga, pues, la deuda, se refinancia”.
Asimismo, “la inflación debe ser vista como un impago parcial de la moneda fíat: esta sirve para menos cosas que antes y, por tanto, nos proporciona menos servicios”.
Rallo también discrepa de Stuart Medina respecto al papel de los supervisores. Manifestó que "no es cierto que el Banco Central tenga el monopolio de emitir moneda fíat". Tampoco es “correcto afirmar que el Banco Central controla los tipos de interés, porque no hay un único tipo de interés, hay múltiples”. Y subrayó que "el tipo de interés a corto plazo será 0 en la medida en la que nos desentendamos de la inflación”.
Eva Asensio, por último, apuntó que “la Teoría Monetaria Moderna está en contraposición de la neoclásica en el control de la cantidad de dinero”. Añadió que la Teoría le concede “el carácter endógeno al dinero y a la creación del dinero”. El Banco Central “está limitado en el control de la cantidad, pero por otra parte es un todo, esa parte de la oferta monetaria, y el descontrol monetario que se produce en momentos especulativos, como los que hemos vivido, en que hay un crecimiento enorme de la masa monetaria, vía dinero oficial y bancario”.