¿Cómo tomar la decisión correcta en un mercado que puede ser tan variopinto como impredecible?
Más allá de conocer el mercado que, aunque suene complicado no es más que emplear el sentido común, no se trata de vender hielo en un inglú. Para tomar las decisiones correctas en un mercado hay que ajustar el entorno. Si se decide invertir en un producto ya existente, hay que tener en cuenta determinados aspectos, como el ciclo de vida y su comportamiento en el mercado. Y para todas esas tareas, existe una excelente herramienta llamada matriz BCG (Boston Consulting Group), compuesta por 4 cuadrantes:
1.- Están los productos estrellas
Resultan una inversión segura. Ya que están en su mejor momento, serán rentables en poco tiempo. Sin embargo es donde todos querrán invertir, por lo tanto, puede resultar costoso. Se corre el riesgo de llegar a ser un producto perro.
2.- Tenemos las vacas
Si ya se dispone de un capital sustancioso y se quiere poner el dinero en algo que sea rentable y genere ganancias a mediano plazo, un negocio temporal será una excelente opción, ya que presentará una inversión segura y se podrá recuperar el dinero fácilmente. Lo negativo es que, al igual que las estrellas, requiere grandes cantidades para entrar al juego.
3.- Están los perros
Estos son los que hay que aprender a detectar más rápidamente, ya que están a punto de perecer y, a pesar de que existan casos que pueden tener un resurgimiento, es difícil que ocurra y generalmente viene acompañado de otro tipo de situaciones exteriores que suelen ser impredecibles. No es recomendable invertir en ellos.
4.- Por último, tenemos a los Interrogantes
Es aquí donde se encuentra el mayor potencial de inversión para aquellos que no manejan mucho capital y quieren ver multiplicado su dinero a mediano plazo. Los interrogantes se pueden reconocer fácilmente porqué estos son productos muy innovadores. Pueden ser capaces de revolucionar o no el mercado: es allí donde se debe emplear no solo la intuición, sino también el sentido común y conocimiento del mercado mismo. No garantizan el éxito.
La mayoría de los grandes empresarios de hoy día empezaron con productos interrogantes, a veces con negocios de una sola persona, pero que crecieron en base al sentido de la oportunidad y de satisfacer necesidades que las personas aun no sabían que tenían, pero alguien que los observo con detenimiento fue capaz de captarlo y aprovecho ese vacío, tomar ciertos riesgos medidos vale la pena.