Economía

Estrategia Europa para 2022 de Norbolsa

Martes 28 de diciembre de 2021
Las distorsiones generadas con la reapertura de las economías (cuellos de botella en suministros y tensión en los mercados laborales) se están prolongando más de lo esperado, reflejándose en tasas de inflación elevadas que probablemente continuarán altas por lo menos durante la primera mitad del 2022. id:79239

Nuestras dudas sobre la temporalidad de esta inflación son cada vez mayores, principalmente por la tensión de los mercados laborales, en especial en el mercado americano. La FED se ha unido recientemente a estos miedos, pero consideramos que la consigna “sin prisas” por parte de los bancos centrales siguen siendo la base de nuestro escenario central. La inflación será el factor de mayor preocupación y de volatilidad de los mercados en 2022.

Pensamos que las posibles nuevas cepas que surjan, como el actual Omicron, no van a suponer un paso atrás en la lucha contra el COVID, ya que hemos adquirido un know-how para luchar contra este virus y las próximas olas tendrán cada vez menos incidencia económica. La reapertura, junto con las políticas fiscales super-expansivas y la liquidez de los bancos centrales, aunque algunos empiecen a dar la vuelta este año, apuntan a 2022 con potentes crecimientos, del 4% a nivel global, así como en EE.UU. y en Europa.

La FED ha iniciado ya el tapering e incluso lo ha acelerado dadas las tensiones inflacionistas, alineándose con el mercado en cuanto a las subidas de tipos de interés previstas para la segunda parte del 2022, tres subidas de 25 p.b.. Este giro de la FED actuando contra la inflación ha sido bien recibida por los mercados financieros. En cambio, la posición del BCE está siendo más mixta, manteniendo su flexibilidad y opcionalidad, en un entorno que reconocemos más complicado en lo que respecta al COVID para este 4T21 y 1T22, y con una inflación todavía sin claras tensiones en salarios. Esperamos que el BCE a lo largo del año modere su discurso acomodaticio, pero no vemos subidas de tipos en esta región hasta bien entrado 2023.

En China, estamos volviendo a ver un fortalecimiento de la economía, pero el cambio de prioridad por parte del gobierno chino de crecimiento a prosperidad compartida hace esperar una paulatina moderación en el crecimiento de esta economía en el medio plazo. Coordinar múltiples objetivos a la vez (crecimiento, sostenibilidad, búsqueda de una sociedad más igualitaria y de la estabilidad financiera) se nos antoja más complicado. La política de casos cero en el COVID también dificulta la tendencia. Por precaución, estaremos atentos a su sector inmobiliario, muy apalancado.

En cuanto a riesgos políticos para 2022, la relación comercial China – EE.UU. volverá acaparar la atención tras la relajación de los temas de la salud. No esperamos sorpresas ni en las elecciones francesas ni en las de medio curso americana y estaremos atentos a quien o quienes tomen la batuta de Merkel en la UE.

Las valoraciones de las bolsas están en niveles exigentes respecto a las medias históricas, más en EE.UU. que en Europa, pero las buenas perspectivas de crecimiento de PIB 2022 (más del 4% a nivel global) nos lleva a ser optimistas en cuanto a expectativas de crecimiento de resultados (probablemente volveremos a ver revisiones al alza en el consenso 2022 actual que muestra crecimientos de BPAs del 7-9%). Además, otro factor clave también van a ser los dividendos. Hemos visto fuertes revisiones al alza de dividendos en los últimos meses y pensamos que pueden continuar ya que el payout medio del mercado todavía está muy por debajo de su media histórica. Los buy-backs toman protagonismo en Europa.

En nuestras perspectivas de Renta Fija, apuntamos a una moderada subida de rentabilidades en los bonos 10 años. En 2013-2015 vimos que en el inicio del tapering y de las subidas de tipos, las subidas en las tires del bono a 10 años fueron compatibles con subidas en bolsa.

En nuestra cartera de preferencias sectorial, incluimos, por política fiscal, infraestructuras; por tipos de interés, financieros; por commodities y valoración, energía; y por mejora de las cadenas de suministro, autos. Nos mostramos neutrales en lujo, utilities, tecnología e industriales por las valoraciones alcanzadas. En telecoms, aunque no nos gusta el sector por la fuerte competencia, nos mostramos neutrales por el interés en mercado de las redes de infraestructuras. En farma y consumo defensivo nuestra posición es negativa.

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