Las características más repetidas de estas cuentas es que están libres de comisiones o requisitos y ofrecen ventajas adaptadas al público joven. En algunos casos incluso se pueden contratar in haber alcanzado la mayoría de edad y sin obligatoriedad de ingresos recurrentes.
Estos productos financieros están destinados a adolescentes y jóvenes adultos. Son cuentas corrientes en las que no se requiere domiciliar una nómina o ingresos periódicos para operar con ellas. A su vez, la entidad no cobra comisiones de mantenimiento o administración y no hay que cumplir con requisitos de vinculación.
Por otra parte, ofrecen también tarjeta gratis, que suele ser de débito, pero con limitaciones en su uso según cada entidad. En muchos casos están asociadas con otros descuentos en servicios y la compra de productos, en experiencias y regalos.
En algunos casos, están vinculadas al Carné Joven, de modo que se puede disfrutar de todas las ventajas de este producto, que incluye descuentos en viajes, ocio, cultura, enseñanza. Formación, alojamientos en albergues juveniles, etc.
Prácticamente todas las entidades ofrecen productos de este tipo, así que a la hora de tomar la mejor decisión, el primer paso es conocer las necesidades propias y las opciones que brinda cada banco.
Si lo que interesa es realizar operaciones con tarjeta, aun siendo menor de edad, habrá que decantarse por una opción que orezca esa posibilidad. Si la obtención de esta cuenta es para viajar al extranjero como motivo de un viaje de Erasmus, será más apropiado interesarse por aquellas que ofrezcan ventajas en los países comunitarios.
Leer toda la información antes de contratar un determinado producto es esencial, pero hay que tener en cuenta las características básicas de las cuentas para jóvenes: no tienen comisiones de mantenimiento o administración, ofrecen una app completa que permite operar cómodamente desde el móvil, las transferencias en España son gratuitas y existe un servicio de atención al cliente cuidado.
Con estos objetivos básicos en mente, una buena fórmula para elegir la mejor cuenta joven es acudir a una comparativa que muestre cuáles son las mejores alternativas que ofrecen los bancos para este sector de la población.
Las gestiones y movimientos permitidos con una cuenta joven se asemejan a otros productos financieros más pensados para personas ya en activo laboralmente, pero la operativa va a depender de si se trata de una cuenta corriente o de ahorro.
Junto a esto también se distingue entre cuentas para menores de 18 años y personas mayores de edad. Los menores de 18 años no pueden acceder a la operativa completa de la cuenta y están acompañados en la misma por un representante legal.
Cuando ya son adultos pueden domiciliar ingresos recurrentes, pagar recibos o suscripciones, retirar efectivo de cajeros automáticos, realizar transferencias bancarias y traspasos entre cuentas, ingresar dinero en cajeros o en ventanilla de la sucursal y contratar productos asociados a la cuenta.
En las cuentas de ahorro, estas operaciones están limitadas al ingreso y reintegro de dinero y las transferencias, aunque todo esto va a depender de los requisitos que imponga la entidad.
Muchas de ellas, sabedoras de que ofreciendo condiciones ventajosas al público joven pueden acabar captando cuota de mercado, impulsan su actividad con ventajas en el terreno digital, con apps móviles muy funcionales.
El proceso de apertura de una cuenta joven es similar al de cualquier otro producto financiero, bastará con entregar los documentos exigidos, únicamente el DNI, pues no hay que domiciliar ningún tipo de ingreso.
Algunas entidades ofrecen la posibilidad de apertura de cuentas bancarias a personas más jóvenes de 14 años, pero con limitaciones en su uso y siempre con el respaldo de un representante legal.
El límite máximo para poder sacarse una cuenta joven varía en función de la entidad. En algunos casos, esta posibilidad alcanza hasta los 35 años, pero otras son menos permisivas y ponen el tope en los 25. En esa horquilla de 10 años se mueve todo el sector.