El equivalente en atletismo sería correr una maratón. Y todo corredor de maratones, a lo largo del recorrido le pueden alcanzar las ganas de retirarse. Pero cuando entra en la meta no se acuerda de esos momentos de sufrimiento. Lo mismo se podría decir de la inversión en renta variable.
Por el camino se puede sufrir en determinados momentos, pero a largo plazo se consigue el objetivo. Lo importante es haber hecho bien los deberes previos y estar posicionado en activos o temáticas con un mayor potencial de crecimiento que la economía global en el largo plazo. Y en nuestra opinión esto pasa por la elección de sectores y compañías en los que los aspectos relacionados con el ser humano, la biodiversidad y el planeta estén en el centro de su toma de decisiones. Y nuestros clientes lo están.