Desde octubre de 2012, el centro de Vrchlabí ha sido una planta de componentes de última generación. Por ese motivo, el fabricante de automóviles construyó una nueva nave industrial y modernizó la planta por completo en tan solo 18 meses. Algo menos de la mitad de las cajas de cambios automáticas DQ200 producidas en esta planta se instalan en los modelos de ŠKODA. El resto de las unidades se destinan a vehículos de otras marcas del Grupo. Los mayores clientes son los centros de producción de Alemania (15%), Turquía (12%) y la República Checa (10%), así como en el Reino Unido (7%), Israel (6%) y Polonia (6%).
Una serie de medidas diferentes hicieron posible que la planta de componentes se convirtiera a finales de 2020 en el primer centro de producción neutro en emisiones de dióxido de carbono). Las máquinas de última generación garantizan la eficiencia energética, el refrigerante se reutiliza en algunos casos y los sistemas de transporte funcionan con baterías de litio. Además, varios procesos y pasos de producción se han digitalizado y diseñado para las tecnologías de la Industria 4.0. Un sistema de transporte autónomo traslada las piezas entre las máquinas CNC y el centro de metrología, por ejemplo, y un robot pick & place manipula los ejes de transmisión forjados para continuar su procesamiento. El sistema de manipulación inteligente, desarrollado internamente, utiliza algoritmos para evaluar las imágenes de las cámaras 3D y calcular los movimientos de agarre del robot.
Con la implementación de la estrategia NEXT LEVEL – SKODA STRATEGY 2030, se producirán componentes o vehículos eléctricos en las tres plantas checas de ŠKODA AUTO de Mladá Boleslav, Kvasiny y Vrchlabí para el año 2030. El objetivo es convertir a la República Checa en el centro de la electromovilidad y fortalecer no solo la marca ŠKODA AUTO, sino también su país de origen. En la sede de la compañía en Mladá Boleslav, la producción de sistemas de baterías MEB para el ENYAQ iV empezará en primavera.