UN ARCOÍRIS DE INSPIRACIONES
Vinculado al Diseño de Renault desde hace 21 años, Raphaël fue pintor durante diez años antes de convertirse en técnico colorista. Su tarea consiste, en concreto, en componer los colores que lucirán los coches al salir de fábrica. En el Tecnocentro, la sede del diseño de Renault, Raphaël dispone de un laboratorio para seleccionar sus pigmentos y de tres cabinas de pintura para aplicar y probar sus mezclas.
En realidad, ser colorista es ante todo ser artista. Para empezar, Raphaël recibe varias indicaciones por parte del diseñador de colores y materiales, quien plantea el marco del color que hay que preparar y da el primer impulso. «Me dicen si hay que buscar un azul más o menos claro u oscuro, en función del vehículo, y lo hago a mi antojo», explica Raphaël. En esta fase de la concepción surgen muchas preguntas: ¿se trata de un vehículo producido en serie limitada? En este caso, habrá que crear un color «imagen», con poca vida útil. ¿O se trata de un color estratégico, más duradero? ¿A qué tipo de carrocería está destinado? Raphaël inicia su búsqueda partiendo de un pliego de condiciones muy completo y de un moodboard, o muro de inspiración.
La prioridad para el colorista es encontrar ideas nuevas antes de producir una primera propuesta que el diseñador validará. Para ello, utiliza medios de calibrado muy precisos que permiten dosificar sus mezclas. «A veces acierto a la primera, directamente», asegura Raphaël. En este caso, basta un día para validar el color. «Pero en la mayoría de los casos el diseñador y yo debemos darle muchas vueltas hasta definir el color deseado».
UNA PIZCA DE PIGMENTOS ROJOS
¿Qué encontramos en los cajones y los estantes de este mago del color? Ninguna poción mágica ni libros de hechizos, sino pigmentos, ¡muchos pigmentos! «Los tengo en bruto, y estos solo se encuentran en la industria química. Tengo otros que podemos encontrar en los talleres. Mezclo ambos para obtener los colores correctos». Los pigmentos, de origen orgánico hace unos años, son ahora sintéticos y cuentan con un sinfín de variedades procedentes de los Estados Unidos, Japón o Alemania. Con los aluminios y los nácares, los pigmentos constituyen los ingredientes indispensables a la composición de un color.
Existen varias grandes familias de colores: los opacos; los metalizados; los nacarados; los tri-capas (compuestos de una capa opaca, una capa nacarada y una capa de barniz) y los barnices coloreados. «Es un poco como una receta de cocina… Salvo que al final, ¡no chuparemos la cuchara! ¿Tengo que añadir una purpurina gruesa? ¿O una fina? ¿Qué color debo asociar a tal otro? ¿Tengo que utilizar un aluminio coloreado o un barniz? El objetivo es obtener siempre algo nuevo y armonioso».
Si bien bastan entre tres y ocho ingredientes para definir un color, el resultado esperado se obtiene a partir de su dosificación. Esto puede necesitar que se realicen una docena de propuestas de color diferentes. Cabe decir que las posibilidades de combinaciones son prácticamente infinitas. «No puedo permitirme ir en cualquier dirección», advierte Raphaël. «Hay que crear algo hermoso y asequible. Algo terminado y fácilmente repetible. El objetivo es, por supuesto, que guste al gran público, pero los costes también cuentan bastante».
El resultado final se obtiene añadiendo un barniz, que suele ser brillante. Al añadir resina a la mezcla, Raphaël también puede hacer que varíe el tono, del mate al satinado. Entre los últimos hallazgos de Raphaël está el Glass Flakes, un ingrediente compuesto de diminutas bolas de cristal que, una vez que se añaden a la mezcla de base o al barniz, permite que la pintura refleje mejor la luz.
FORMAS: SEDUCIR ES EL OBJETIVO
Después de «cocinar sus pigmentos» y obtener el visto bueno del diseñador de colores y materiales, Raphaël entra en una fase más técnica. Se trata de reproducir fielmente su color en el «primer ensayo». Raphaël interactúa con un proveedor encargado de «replicar» el color a partir de criterios industriales. Este paso suele tardar unas ocho semanas y el resultado se aplica en una superficie curva: una chapa bastante imponente que permite atrapar la luz según el ángulo y la fuente luminosa. Esto da una buena idea del aspecto final del color. Para asegurarse y obtener la aprobación de los equipos de proyecto, Raphaël puede aplicar el color en un vehículo a escala 1:1. Por último, en la fábrica, unos robots reproducen exactamente el color según unos procedimientos de pulverización y presión muy precisos. «Lo he explorado casi todo, desde el blanco al negro y del rojo al verde. En mi oficio hay que saber reinventarse. Esta es la clave. Hay que buscar nuevos pigmentos. Buscar otras maneras de hacer».
Entre la creación de un color y su aplicación en una cadena de montaje puede transcurrir año y medio. No obstante, algunos colores como el Naranja Fuego de Alpine requirieron cinco veces más tiempo (ocho años, para ser exactos) antes de salir a la luz. Para inmortalizar su obra, Raphaël recurre una última vez a su imaginación dando un nombre al color que ha creado. La denominación «Azul Zanzíbar» (color que se estrenó en Arkana) se inspira en uno de sus recuerdos de vacaciones: «Evoca la arena blanca, el color del agua y el de un cielo amenazador».
DEL NARANJA PRECURSOR AL AZUL PRESIDENCIAL
Entre todos los colores compuestos por Raphaël, algunos se han convertido en icónicos. Han dejado huella y marcado su época por su atrevimiento, su carácter innovador y, simplemente, por su belleza. «Cuando veo un color bonito en la calle, me pregunto a veces qué pigmentos ha utilizado nuestra competencia. Por el contrario, siempre parto de ideas nuevas e ingredientes originales para crear algo que no se verá en ninguna otra parte».
Este es el caso del Naranja Valencia que se lanzó con la quinta generación de Clio. A fecha de hoy, es el primero y único barniz coloreado naranja de la historia del automóvil que se produce en grandes series. Combinado con una subcapa de un color distinto, este barniz proporciona una saturación más viva y profunda al color. «En cierto modo, ya innovábamos en materia de barnices coloreados con el Rojo Deseo», recuerda Raphaël. «La idea era entender cómo hacerlo igual de bien, e incluso mejor, en el modelo que le sucedería, buscando la originalidad».
La dificultad reside en que no todos los colores les sientan bien a todas las carrocerías, ni a todos los volúmenes. Una carrocería con volúmenes redondos y generosos como la de Clio combinará con un color potente y saturado como el Rojo Deseo, mientras que una carrocería con volúmenes más estirados como la de Nuevo Megane E-TECH 100% eléctrico destacará más con un color metalizado, con matices de gris. Por último, algunos colores más refinados o ampliamente aceptados combinan fácilmente con otras tipologías de vehículos. El Azul Noche pertenece a esta categoría, que se propone en Nuevo Megane E-TECH 100% eléctrico.
¿ES EL COLOR UNA ESPECIE EN VÍAS DE DESAPARICIÓN?
«Durante unos diez años trabajé en colores muy saturados, muy coloreados, unos colores que destacaban», confiesa Raphaël. «Soy un adepto del color. Cuanto menos blanco, negro y gris haya, ¡mejor me siento! En realidad, lo que me gustaría ver más a menudo en la calle es todo el resto del espectro. Sin embargo, el mundo actual tiene tendencia a uniformizarse».
Una encuesta realizada hace un año por Axalta (especialista de la pintura del automóvil) confirmaba esta uniformización de los colores. Según esta encuesta, el 81 % de los vehículos que se comercializan en el mundo serían blancos (38 %), negros (19 %) o grises (15 %). Muchos constructores privilegian estos colores debido a su bajo coste de fabricación. «Algunos de estos colores existen desde hace varios años», señala Raphaël. «Son inamovibles. Miren, si no, el blanco Renault: ¡tiene más de 30 años!»
Si bien las paletas de colores que proponen los constructores son cada vez más reducidas, existen mercados que todavía y desde siempre se resisten a los «colores neutros». Por su cultura, algunos países le dan más protagonismo al color. Es el caso de la India, donde abundan las especias y los tejidos de tonos cálidos. En 2020, Renault desvelaba Kiger show-car, el adelanto de un nuevo modelo específico del mercado indio. Especialmente desarrollado para este modelo, el color Aurora Borealis tenía la particularidad de cambiar de aspecto en función de la luz y del ángulo desde el que se observara, y combinaba reflejos azul-violeta con toques de verde fluorescente.
Desde el punto de vista de los constructores, «Renault destaca con una oferta más colorista que la media», explicaba François Farion, diseñador jefe de colores y materiales de Renault, en una anterior story. «Vendemos alrededor de un 10 % más de colores que nuestros competidores». Hace unos años, los coloristas aún creaban colores transversales. Esto significa que los utilizan varias marcas del Grupo. En la actualidad, cada color es exclusivo de un constructor, e incluso de un modelo de coche. Y cada marca tiene su identidad propia, con un universo visual propio. «Dacia se desmarca con matices de verde, por ejemplo, y un registro próximo a la naturaleza» precisa Raphaël. «Mientras que el universo de Alpine gravita alrededor del azul que reinventamos constantemente». En cuanto a Renault, «partimos ahora de colores muy deseados y sutiles», cuenta Raphaël. «Guardamos una parte de colores un poco saturados, pero también buscamos tonos más sofisticados, más “metal” a veces. Nos orientamos hacia colores más profundos».