Economía

La recuperación mundial continúa en 2022, pero queda un camino lleno de baches

Jueves 24 de febrero de 2022
Dos años después del inicio de la pandemia, la economía global continúa recuperándose, pero aún se enfrenta a desafíos importantes. Después de la pausa en el tercer trimestre de 2021, Omicron destacó la imprevisibilidad de la pandemia y agravó uno de los principales factores que afectan la recuperación: las interrupciones en las cadenas de suministro. El otro gran riesgo es el de una inflación sostenida en el tiempo. id:81264

La economía sigue desacelerándose, en menor medida

La situación sanitaria ha vuelto a exigir la implantación de restricciones en muchos países. Sin embargo, aunque algunos países europeos implementaron medidas parciales, en general fueron mucho menos drásticas que antes. Por lo tanto, los efectos económicos directos fueron menos significativos, incluso cuando las consecuencias siguen siendo negativas para sectores como el transporte aéreo, el turismo y la restauración.

Las interrupciones en la cadena de suministro se mantendrán

Después de afectar inicialmente a la industria del automóvil, las dificultades de la cadena de suministro se han extendido a la mayoría de los sectores, desde la fabricación hasta la construcción. La vuelta a la normalidad sigue siendo difícil de predecir, pero parece que una relajación gradual a partir de la primera mitad de 2022 es demasiado optimista y es probable que continúen las interrupciones y la escasez de materiales. Por esto, Coface ha rebajado sus previsiones de crecimiento del PIB para 2022 en varios países europeos, así como en EE. UU. y China.

La inflación, la gran preocupación para las economías en 2022

El otro gran riesgo, la inflación, se está volviendo cada vez más importante, particularmente a medida que continúa la escalada de los precios de las materias primas, alimentado por la inercia de la oferta a corto plazo y las tensiones geopolíticas. Esta inflación está siendo impulsada por los precios de los bienes manufacturados en muchas economías, ya que las empresas trasladan los aumentos en los costes de producción a los precios al consumidor.

En Europa, las interrupciones en las cadenas de suministro, combinadas con una fuerte demanda, llevaron a precios más altos a las cadenas de producción y a la energía. Alemania ha experimentado la inflación más alta en más de 30 años. La situación es algo dispar en el resto de la zona del euro: la inflación sigue siendo relativamente moderada en Francia, mientras que los precios se han disparado en España. En el Reino Unido, la inflación ha subido hasta el 5,4 % y ha llevado al Banco de Inglaterra a convertirse en el primer gran banco central en subir su tipo de interés en diciembre de 2021, antes de hacerlo por segunda vez a principios de febrero.

En la Eurozona, la inflación se ha mantenido bastante moderada en Francia y los precios se han disparado en España, donde fue superior a la de Alemania en diciembre (ver barómetro completo). Esta discrepancia se debe principalmente a los precios de la energía, ya que la inflación subyacente es similar en ambos países (alrededor del 2%). Los precios de la energía en España son muy volátiles, ya que el 40% de los hogares cuenta con la tarifa regulada, ligada al mercado mayorista.

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