Estancias en templos (shukubo)
Con más de 100 templos sagrados y alrededor de 50 de ellos con alojamiento incluido, el monte Koya, en la prefectura de Wakayama, se erige como destino donde el visitante podrá experimentar la vida diaria en un templo, incluyendo la participación en las ceremonias de oración, recitación de sutras y la meditación, así como las comidas veganas de las que se alimentan los monjes, conocidas como shojin ryori. Este tipo de comida fue introducida en Japón con la difusión del Budismo Zen. Sin salir del monte Koya, se encuentra el cementerio y templo Okunoin, que se alza como uno de los 10 destinos más populares del mundo según diferentes empresas de alojamiento online.
Estancias en castillos: Castillo de Hirado y de Ozu
Puerta de unión entre Japón y el mundo desde el periodo de Nara, del año 710 a 794, la ciudad de Hirado (prefectura de Nagasaki) alberga el castillo de Hirado. Este lugar histórico fue el primer alojamiento en un castillo de Japón en respuesta a una oferta de pernoctación gratuita para un grupo de huéspedes en 2017. Tras esto, recibió sobre 7.000 solicitudes, la mayoría de ellas de turistas europeos. Así, el castillo comenzó oficialmente a ofrecer estas pernoctaciones a principios de 2021 para grupos reducidos de huéspedes, lo que permite la exclusividad del castillo y preservar la distancia social. La lujosa estancia de una noche con dos comidas (incluida una cena de fusión franco-japonesa con marisco fresco de la zona) cuesta alrededor de 70.000 yenes (550 euros) por persona.
Otra de las estructuras de este tipo que ofrecen alojamiento se encuentra en la ciudad de Ozu, en la prefectura de Ehime. Conocida como la "pequeña Kioto en la región de Iyo", esta localidad está llena de belleza natural e histórica y su castillo, el castillo de Ozu, comenzó a ofrecer estancias nocturnas el año pasado bajo la gestión de una empresa hotelera. Para que la experiencia sea totalmente inmersiva y convertirse en un señor de castillo, los huéspedes son recibidos por el personal del hotel en el aeropuerto, conducidos hasta el lugar en un coche de lujo y recibidos en la puerta por una tropa de samuráis. Los huéspedes pueden incluso vestirse con armaduras de samurái o kimonos y actuar como habitantes del castillo de otra época. Una estancia única y encantadora, con un toque nostálgico del pasado perdido.
Desde el gobierno de Japón, en colaboración con las comunidades locales y el sector de la hostelería, se está abordando la renovación de estas propiedades históricas en zonas regionales para incentivar la llegada de visitantes extranjeros cuando se reabran las fronteras del país al turismo. Así, entre sus objetivos se encuentran hacer de estos alojamientos lugares más accesibles, sin barreras y con una atención al cliente multilingüe. Los huéspedes podrán disfrutar en estos lugares de una experiencia de viaje histórico inolvidable, sin estrés y adaptado a las comodidades del mundo actual.