Economía

“Las alternativas a las que se enfrenta la FED”

Mondher Bettaieb-Loriot, Vontobel AM.

OPINIÓN: Por Mondher Bettaieb, Head of corporate credit, Vontobel

Miércoles 16 de marzo de 2022
Mientras continuamos alejándonos de la era de la pandemia de la Covid 19, la economía mundial se enfrenta a una multitud de incertidumbres. La última de ellas es la trágica e intensa guerra que se está librando actualmente en el continente europeo. id:81957

Con este telón de fondo, el presidente Jerome Powell y el FOMC tienen que elegir hoy entre dos alternativas en materia de política monetaria, o dar prioridad a la inflación o a la prolongación del ciclo económico actual.

Priorizar y luchar contra la inflación. Esta opción es la que, precisamente, está descontando el mercado de los bonos del tesoro estadounidense (Treasury). En concreto se prevén alrededor de siete subidas en 2022. Podrían empezar con un incremento de 50 puntos básicos (pb) (o 25), y subir en cada una de las siguientes reuniones, incluida la de diciembre, dependiendo de si empezaron con 50 pb o no. Después de todo, la inflación continúa disparándose y el aumento de los costes de los productos básicos, como la gasolina y los alimentos, se sumará al sufrimiento de los consumidores ante el conflicto ucraniano y las sanciones impuestas a la Federación Rusa. El riesgo de adoptar este enfoque agresivo, sin embargo, es que podría conducir a la economía de EE.UU. a una recesión antes de lo que se pensaba (las probabilidades de recesión parecen haber aumentado al 35%), pero este resultado de la política aparentemente restauraría la credibilidad de la Fed en la lucha contra la inflación, asegurando una mejor estabilidad de los precios de la economía de EE.UU. en el futuro.

Mantener la longevidad del ciclo actual. Como segunda opción, y utilizando la jerga empleada por el presidente de la Fed, él y el FOMC optan poner en marcha una secuencia de subidas, lo que significaría empezar con 25 puntos básicos en la reunión para continuar con otras tres hasta la reunión de julio y luego hacer una pausa. Este enfoque pragmático tiene mucho sentido, ya que la tragedia que se está viviendo en Ucrania podría hacer que el crecimiento mundial se moderara. La inflación provocada por el aumento de los costes que estamos experimentando debería destruir en última instancia la demanda, ya que hay menos dinero disponible para gastar fuera de los bienes básicos. Esto se explica porque el aumento de los costes tiende a revertirse por sí mismo y se hace más visible en el verano.

Conviene recordar que el presidente de la Reserva federal, Jerome Powell, no se comprometió con ningún ritmo de las subidas de tipos en este ciclo en la última reunión de enero del FOMC. Esto supone un cambio con respecto a los dos últimos ciclos de endurecimiento, en los que la senda y el ritmo de la política parecían más predecibles. Powell no parece estar seguro de hacia dónde se dirigirá la economía, dejando claro que no habrá una orientación de este tipo. Por lo tanto, y como hemos destacado en comentarios anteriores, bien podría optar por ser más cauteloso ante la incertidumbre actual y podría optar por priorizar el crecimiento sobre la inflación (especialmente porque el tipo de inflación que tenemos debería normalizarse con el tiempo). Las circunstancias en las que nos encontramos hacen que un ajuste demasiado agresivo pueda poner en peligro las perspectivas económicas actuales y la longevidad de este ciclo. El menor crecimiento de este año también debería traducirse en una menor demanda de trabajadores, lo que significa que es poco probable que las presiones salariales se consoliden.

Éste es otro de los argumentos que permiten afirmar que en una economía en desaceleración las subidas de tipos NO DEBEN ser agresivas ni el segundo escenario. El tan esperado veredicto se conocerá en breve.

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