En un análisis de previsión sobre el impacto que la guerra en Ucrania en la economía mundial, los analistas de Ebury han identificado tres campos principales en los que la crisis será especialmente sensible. El primero es un fuerte aumento de las presiones inflacionarias, que se manifiesta de forma más contundente que en el pasado; el segundo frente de impacto deriva de la interrupción de los mercados de materias primas, que afecta al incremento considerable de su precio y puede lastrar el crecimiento del G10 en 2022, y el tercer foco está puesto en la política monetaria, en tanto que los bancos centrales, además de tener que luchar para controlar el aumento de precios, tienen que lidiar ahora con el shock estanflacionario.
Los analistas de Ebury ven por el momento un impacto económico menor derivado de la invasión, “pero no despreciable”. “Es probable que Rusia se dirija hacia una recesión brutal y que las economías europeas más expuestas sean particularmente aquellas que dependen en gran medida de las exportaciones rusas de energía y materias primas”, explican.
A su juicio, el riesgo para el crecimiento global a corto plazo proviene de un empeoramiento en el sentimiento empresarial y del consumidor, de las interrupciones de la cadena de suministro y de las crecientes presiones inflacionarias. “La narrativa de la “estanflación” se convertirá en un tema cada vez más importante”, advierten.