El responsable de la toma de decisiones del departamento financiero tratará de minimizar los costes que suponen mantener una cifra de tesorería disponible demasiado alta, pues ello supondría un elevado coste de oportunidad, así como una pérdida de valor, debida a la inflación.
El objetivo principal del cash-management consiste en la toma de decisiones que, permitiendo a la empresa hacer frente a sus compromisos de pago de manera puntual, minimicen en lo posible el saldo de tesorería o caja.
Se convierte, pues, en una tarea compleja determinar la cantidad idónea de saldo que debe mantenerse, ya que deben darse una serie de condiciones:
El saldo mínimo del efectivo de una empresa se determina así:
Saldo necesario para las transacciones ordinarias
+ Saldo necesario de seguridad o precaución
+ Saldo para especulación
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= SALDO MÍNIMO DE TESORERÍA
Si suponemos que el efectivo destinado a la especulación ya se encuentra materializado en inversiones temporales, el saldo mínimo que hay que tener en caja y bancos se reduce al necesario para las transacciones y el saldo de seguridad.
Partiendo de datos históricos sobre las entradas y salidas de fondos para un año, se calcula la media del año para los 30 días del mes, y se presenta en un gráfico. Por ejemplo:
Como se puede observar, la empresa tiene más salidas o pagos de efectivo que entradas o cobros entre los días 1 y 12 del mes y del 23 al 30; mientras que entre los días 13 y 22 los cobros superan a los pagos. En aquellos días en que se produce un déficit de caja, es decir una diferencia entre pagos y cobros de carácter negativo, se calculará la cuantía de esa diferencia. El saldo mínimo para hacer frente a las transacciones que habrá de dejarse en caja durante ese período será precisamente el valor de esos déficit.
Una parte de esas necesidades puede cubrirse con los excesos del período de superávit, ya que durante el tiempo en que los cobros sean superiores a los pagos no será necesario mantener el mínimo de tesorería por transacción.
El saldo necesario que ha de mantenerse como efectivo de seguridad vendrá determinado por las desviaciones que se hayan producido entre la previsión de tesorería y los resultados reales.
Los bancos con los que operan las empresas suelen exigir a éstas que mantengan un saldo mínimo en sus cuentas, o bien les obligan a mantener un determinado saldo medio durante un período de tiempo. Estos saldos se denominan saldos de compensación.
Teniendo en cuenta el valor cuantitativo que la entidad bancaria imponga para estos saldos, la empresa deberá establecer su nivel o saldo mínimo de tesorería en la mayor de las dos cantidades siguientes: