La coyuntura actual continúa condicionada por la ausencia de avances en las negociaciones entre Rusia y Ucrania, la aceleración del tono expansivo de política monetaria de los principales bancos centrales, y los riesgos de falta de suministro energético en Europa. En EEUU se observaron movimientos a la baja moderados: el Nasdaq Composite perdió un 0,14%, el Dow Jones un 0,11% y el S&P 500 un 0,02%.
Tono mixto en la renta variable de Asia-Pacífico, destacando el descenso del Hang Seng hongkonés de un 2,38% tras su cierre de ayer por festivo. También retrocede la cotización del Shanghai Composite chino (-0,30%), encadenando la tercera sesión a la baja. En contraste, se recuperan de las caídas generalizadas de ayer el Kospi surcoreano (+0,95%), el Nikkei 225 japonés (+0,69%), el ASX 200 australiano (+0,55%) y el Sensex indio (+0,24%).
En Europa, los futuros de los principales índices bursátiles anticipan un inicio de sesión a la baja, aunque las caídas son inferiores a un 0,5%. El futuro del IBEX 35 español cae un 0,52%, el del DAX 40 alemán un 0,4% y el del CAC 40 francés un 0,2%. En contraste, se mantiene ligeramente en positivo el FTSE 100 británico.
En renta fija, en los mercados de deuda soberana europeos predominan las ventas, a excepción de Italia donde el bono a 10 años reduce su rendimiento 1,5 pb. En el resto de principales referencias a 10 años de la Eurozona, la TIR del bono alemán aumenta 2,0 pb, la del francés 0,5 pb y la del español 0,8 pb. En EEUU, la rentabilidad del Treasury a 10 años cae 0,6 pb hasta un 2,847% tras cerrar ayer en máximos desde 2019.
El oro inicia la jornada ligeramente a la baja (-0,2%), pero mantiene su cotización por encima de 1.970 $ por onza. Por su parte, el precio del petróleo Brent se mantiene prácticamente estable en torno a 113 $ por barril tras cuatro sesiones consecutivas de significativos avances en las que ha recuperado en torno a un 15%. En el mercado de divisas, el cruce eurodólar se mantiene en mínimos desde marzo de 2020 de 1,078 dólares por euro.
El índice de volatilidad VIX del S&P 500 retrocedió en la jornada de ayer ligeramente a 22,17 puntos (-2,33%).
En el 1T, el crecimiento del PIB de China registró una mayor aceleración de lo esperado de un 4,8% interanual (vs. 4,0% en el trimestre anterior), si bien esta cifra no recoge el impacto total de los confinamientos por covid-19 en el centro financiero y comercial de Shanghái y otras ciudades desde mediados del mes pasado. Los datos mensuales sí que reflejaron este impacto de la política zero covid, que provocó la mayor caída en el gasto del consumidor y la peor tasa de desempleo desde los primeros meses de la pandemia.
En concreto, las ventas minoristas se contrajeron en marzo por primera vez en los últimos dos años, cayendo un 3,5% respecto al mismo periodo del año anterior. A su vez, la tasa de desempleo encuestada subió a un 5,8% de la población activa, su máximo desde mayo de 2020.
La producción industrial mostró mayor resiliencia con un aumento interanual de un 5,0% en marzo, por encima de la estimación del consenso del mercado, pero se desaceleró desde la tasa de un 7,5% registrada en enero-febrero. Por su parte, la inversión en activos fijos aumentó un 9,3% interanual en el primer trimestre del año, superando también las previsiones del consenso, aunque significativamente por debajo del crecimiento de enero-febrero de un 12,2%.
En esta coyuntura, se incrementan los riesgos de la economía china y la economía mundial a medida que el Gobierno de Xi Jinping mantiene la estrategia frente a los brotes de coronavirus, pero la potencia asiática ha reiterado que su objetivo de crecimiento de un 5,5% anual. Actualmente, se estima que en torno a 45 ciudades están imponiendo cierres parciales o totales, lo que afectaría a aproximadamente 370 millones de personas. El cierre de Shanghái confinó a la mayoría de sus 25 millones de habitantes desde marzo y detuvo la producción en las fábricas propiedad de Tesla y otras empresas. Por ello, se prevé un mayor impacto negativo en el 2T, al mismo tiempo que surgen mayores riesgos en de interrupción en las cadenas de suministro.
En febrero, la producción industrial de Japón repuntó un 2,0% mensual, superando ampliamente la estimación anterior de un 0,1%, apoyada principalmente en la recuperación de la industria automovilística. En términos interanuales, creció un 0,5%.