El segmento más afín a este modelo son los más jóvenes, con mayores ingresos y mayor interés por coches eléctricos e híbridos. Un perfil tipo “early adopter” que tiene menos de 39 años, con ingresos mensuales por encima de 2.500 euros y con preferencia por un vehículo de gama media-alta.
El estudio de Simon-Kucher muestra que la disposición a pagar por una suscripción es todavía baja. Tan solo el 30-40% de los conductores a priori interesados en las subscripciones, estarían dispuestos a pagar una prima razonable por encima de los costes asociados al vehículo que tienen actualmente en propiedad.
Por lo tanto, el precio de una suscripción, incluso si es un precio muy competitivo siempre resultará demasiado alto para muchos.
Además de ofrecer un precio percibido como asequible, una subscripión debe dar respuestas a las necesidades específicas de cada conductor. Y ahí existe otro reto para los proveedores, porque las necesidades pueden diferir mucho. La clave para unos está en la máxima flexibilidad, para otros en la rapidez y fluidez del proceso de contratación, para otros en el ahorro de tiempo gracias al todo incluido.
No obstante, según muestra el Estudio, los frecuentes cambios de modelo no responden a una necesidad clave de los suscriptores españoles. En palabras de Hans Munz, socio de Simon-Kucher: “Para que las suscripciones de coches realmente despeguen en España, los actores necesitan entender en profundidad las necesidades, segmentar y priorizar audiencias con suficiente disposición a pagar y configurar sus propuestas hacia las necesidades en los segmentos priorizados”.