Economía

Los beneficios de la agricultura sostenible para los inversores y el planeta

Álvaro Cabeza, UBS AM Iberia.

OPINIÓN: Por Álvaro Cabeza, Country Head de UBS AM Iberia

Lunes 25 de abril de 2022
Detener la deforestación y contrarrestar la erosión del suelo es un factor crucial para reducir el impacto del cambio climático. Según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, los bosques absorben un tercio del carbono liberado por la quema de combustibles fósiles, mientras que los análisis del Instituto de Recursos Mundiales indican que el uso inadecuado de la tierra es la segunda fuente de emisiones de gases de efecto invernadero, después del sector energético. id:83276

Esta realidad se puso de manifiesto durante la conferencia climática COP26 del año pasado en Glasgow. Más de 100 países, que representan el 85% de los bosques del mundo, se comprometieron a proteger estos recursos y acabar con la deforestación para 2030. Los países que controlan la comercialización global del aceite de palma, el cacao y la soja también se comprometieron a reducir el impacto sobre los bosques.

Teniendo estos factores en cuenta, para UBS AM, impulsar la agricultura sostenible es ya un elemento clave de su estrategia a largo plazo. En este sentido, a la hora de plantear factores de sostenibilidad en las tierras de cultivo, somos partidarios de que los agricultores apliquen las mejores prácticas locales, como la siembra directa, la rotación de cultivos y otros métodos. Como administradores de la propiedad a largo plazo, los agricultores tienen en cuenta el impacto que tienen en el medio ambiente.

Así pues, somos positivos con los beneficios que se pueden obtener de la agricultura sostenible. Sin embargo, también es importante entender sus límites. En general, la agricultura sostenible es menos productiva que la agricultura tradicional, lo que significa que se obtienen menos unidades de cultivo por hectárea. Por ejemplo, si los brasileños se dedicaran a la soja orgánica, obtendrían menos producción por metro cuadrado, lo que podría significar una mayor deforestación necesaria para crear más tierras de cultivo. Es justo aquí donde se produce una disyuntiva. Por tanto, tiene que haber un equilibrio entre los beneficios de la agricultura sostenible y la forma de llevarla a cabo. Desde el punto de vista del inversor, también hay que obtener una prima por el riesgo adicional de pérdida de cosechas al no depender de fertilizantes o insecticidas. En algunos casos, los costes de mano de obra y de producción pueden ser más elevados y repercutir en el consumidor.

También existe el impacto en el precio. Si los alimentos ecológicos son menos productivos por hectárea, ¿qué significaría la transformación masiva de las tierras de cultivo en ecológicas para el precio de los alimentos? Y si pensamos en la inflación, ¿cuánto más puede soportar la gente? En este sentido, pensamos que es muy importante que los líderes tengan en cuenta estas consecuencias imprevistas. Se pueden conseguir beneficios de impacto social invirtiendo en métodos para reducir el coste de los alimentos para todos los consumidores, especialmente en los mercados en desarrollo, como por ejemplo en tecnología.

La tecnología agrícola puede tener un gran impacto en la agricultura tradicional. Si se puede utilizar la tecnología para optimizar el uso de fertilizantes e insecticidas, a la vez que se obtiene una mayor producción de la tierra, es un gran aspecto positivo. Y especialmente si se puede reducir el uso del agua. Por ejemplo, en California algunos agricultores están barajando la posibilidad de transformar sus camiones en una flota eléctrica, en la que los vehículos podrían funcionar con paneles solares en sus granjas. Como ya cuentan con una instalación de paneles podrían ahorrar cien mil galones de combustible al año. Si implementaran estos cambios en el resto de sus maquinarias agrícolas (tractores, cosechadoras, etc.), podrían reducir el consumo de combustible en un millón de galones al año. Algunas granjas también podrían considerar el uso de la energía eólica como fuente de energía primaria, ahorrando millones de galones de combustible. También podría recurrirse a las cosechadoras autodirigidas. Además, también pensamos que la automatización relacionada con la agricultura aumentará, especialmente con el envejecimiento de los agricultores.

¿Cómo aprovechar los beneficios de la agricultura sostenible en las carteras?

Se sigue observando un interés por esta clase de activos. La demanda mundial de dietas y proteínas diversificadas sigue aumentando, lo que se corresponde con el crecimiento de la población y un mundo más rico. Esto respalda el aumento de los precios de las cosechas y de los ingresos agrícolas, lo que a su vez apoya el aumento de los alquileres de las tierras agrícolas y del valor de los bienes inmuebles. Además de una rentabilidad ajustada al riesgo positiva a largo plazo, las inversiones en tierras agrícolas ofrecen protección contra la inflación, diversificación y sostenibilidad a las carteras institucionales.

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