Lateralmente es cuando mejor se aprecian esas formas fluidas y esa línea coupé que hemos mencionado, en las que se marcan horizontalmente los pasos de rueda o las sinuosas líneas que recorren la parte baja de las puertas. También se aprecia en esta visión lateral, el corto morro el inclinadísimo parabrisas y el techo que casi forma un arco hasta la inclinada luneta que, como hemos dicho, esta partida en dos por un discreto alerón y por ello nos recuerda a un modelo mítico de Audi, el 100 Avant C3 de los 80, cuya luneta tenía una partición parecida. También las llantas de 20” son de bonito y moderno diseño. La trasera, también muy elaborada, esta dominada por los grupos ópticos y no porque sean especialmente grandes, de tamaño se podría decir que son normales, sino porque están unidos por una luminosa línea roja y porque muestran un particular grafismo tridimensional. El paragolpes, con varios niveles horizontales en color de la carrocería, negros o color aluminio como el difusor de aire, contiene los catadiópticos. En fin, un Audi se mire por donde se mire, con lo que ello significa de distinción y personalidad.
El habitáculo del Q4 Sportback es confortable, tanto para las plazas delanteras como las traseras y éstos ocupantes, por cierto, disponen de un espacio para las piernas realmente envidiable y que pocos modelos de este tamaño pueden ofrecer, mientras que la inclinación del techo no les afecta aunque este algo más cerca que en el modelo con la carrocería “normal”. El salpicadero, de líneas horizontales y en tonos grises, muestra unas grandes salidas de aire laterales y centrales. El cuadro, que es una pantalla de 10,25 pulgadas y se controla a través del volante multifunción, ofreciendo varias opciones visuales. Entre los indicadores que ofrece hay que destacar el “powermeter” que, situado junto a velocímetro, resume la información importante sobre el sistema de propulsión, desde la potencia y el estado de carga de la batería en porcentajes, hasta la recuperación de energía. El Audi virtual cockpit, integra el mapa de navegación, el control de los sistemas de infotainment, dos estilos de visualización, así como, los modos “Classic”, “sport” y “e-tron”, este último con protagonismo para el powermeter.
En el centro del salpicadero esta incrustada la pantalla multifunción MMI Touch, es de 11,6 pulgadas y una resolución de 1.764 x 824 píxeles. En ella, además de su propio funcionamiento de conectividad e infoentretenimiento, contiene también algunos “interruptores” para activar ciertos sistemas. En su funcionamiento también se puede utilizar la voz para transmitir órdenes. Bajo la pantalla una mucho más pequeña y estrecha para el climatizador y teclas auxiliares de éste. En la parte horizontal de la consola, se sitúan el pequeño mando selector del cambio, la tecla del Drive Select, la de las luces de emergencia, un disco para manejar el equipo de sonido, el botón de arranque, que no hace falta utilizar pues el coche detecta la llave y con solo insertar la velocidad se pone en marcha y la de anulación del ESC. Todo este conjunto esta instalado en una plataforma flotante que permite que bajo ella se sitúe un hueco para dejar objetos, un par de enchufes USB y una toma de 12V. Otro par de portabotes se encuentran a continuación y ya entre los asientos el reposabrazos en cuyo interior, además de huecos hay una plataforma para cargar el móvil por inducción.
Los asientos son supercómodos y de aspecto deportivo, sujetando los delanteros perfectamente el cuerpo y con capacidad para tres personas el trasero, a pesar de que su diseño es más adecuado para dos. El reglaje de los delanteros es eléctrico y cuenta también con calefacción de tres niveles. El maletero tiene una capacidad de 535 litros que se pueden ampliar hasta los 1.460 al abatir el respaldo trasero. Al no existir un pequeño espacio en la parte delantera como en otros modelos, bajo el piso del maletero se encuentra el hueco para los cables de carga en poste y el cargador para enchufe doméstico. El portón se abre y cierra eléctricamente. La iluminación interior del habitáculo en general, se puede variar de color y de intensidad.
Los sistemas de ayuda a la conducción son abundantes, aunque en esta versión, se echan de menos algunos más que habituales hoy día como es el avisador de vehículos en el ángulo muerto. El radar frontal detecta situaciones que pueden darse en la circulación y que en prevención activan los correspondientes sistemas, como el la frenada automática de emergencia, o el asistente anticolisión. También contamos con alerta por cambio involuntario de carril, o el centrado en el mismo, etc. Existe la posibilidad de ampliar el número de opciones de forma periódica, por corto espacio de tiempo o para siempre, con el sistema “Funtions on deman”, mediante el cual se paga por el tiempo que se activan las opciones. Este sistema que, desde nuestro punto de vista nos parece un poco abusivo, pues si entramos en esa dinámica pagaríamos por el uso, exagerando la situación, hasta de los elevalunas eléctricos, pues sino estarían siempre subidos o la calefacción apagada esperando su activación previo pago.
Como decimos, el Q4 e-tron Sportback se muestra tan atractivo como el resto de sus hermanos de combustión e híbridos, mostrando solo en su calandra “opaca” que se trata de un coche eléctrico. Aunque se dispone de otras versiones más potentes, en esta ocasión la prueba se ha centrado en la de menor rendimiento y lógicamente más económica, con una potencia de 170 CV y un par de 310 Nm. El motor eléctrico, esta situado en posición transversal trasera y por tanto la tracción es a ese eje trasero.
Conducir el Q4 es realmente agradable. El silencio nos rodea, a baja velocidad, entre 20 o 30 km/h, se deja oir un rumor hecho a propósito para no “pillar” a los peatones desprevenidos y a partir de ahí solamente el lejano ruido de la rodadura (Lejano pues el coche esta muy bien insonorizado) llega al habitáculo. Las aceleraciones, sin ser fulgurantes, sí son continuas y nada bruscas, como corresponde a los motores eléctricos en general, consiguiendo una aceleración de 0 a 100 de 9 segundos, que está muy bien para el peso del coche que casi llega a las dos toneladas. También como buen vehículo eléctrico, la velocidad punta no es muy relevante y se queda en los 160 km/h. La dirección es suave y dispone de un radio de giro bastante reducido, lo que facilita las maniobras y la circulación en ciudad, mientras que los frenos son potentes a pesar de contar, curiosamente, con tambores en el eje trasero, mientras que los del delantero sí son de discos ventilados. Y ya que hablamos de frenada mencionemos la forma y los modos de ésta en la conducción.
Si circulamos con el botón de deslizamiento del cambio en la posición D, el motor, cuando dejamos de acelerar permite circular “a vela”, es decir, por inercia, a la hora de frenar podemos actuar sobre los frenos o bien activar los modos de retención, que además de ayudar en la frenada recargan la batería. Mediante las levas que tenemos tras el volante podemos utilizar tres niveles de desaceleración que permite reducir la velocidad en mayor o menor intensidad según la posición que elijamos, siendo el tercer “toque” a la leva el que más actúa y cuya retención puede llegar hasta circular a 10 o 15 km/h, pero si queremos detener el coche del todo, tendremos que actuar sobre el freno. También se puede elegir que el coche retenga por si solo según la distancia que nos separe con el coche que nos precede, para ello habrá que activar en la pantalla multifunción la opción de retención automática y en cuanto el radar delantero detecta un coche delante, primero circulará a vela, para reducir la velocidad, si la distancia se reduce el coche pasará al modo de desaceleración, siendo la máxima igual a como si activáramos en las levas la posición 2. En este apartado de retenciones y recuperaciones de energía, digamos por último, que también se pueden conseguir si circulamos en la posición B del botón deslizante del cambio, en este caso se tiene una retención como si se utilizara la tercera posición en las levas en cuanto se deja de acelerar, pero con la ventaja de que aunque se acelere sigue lal posición B activa, no como en la tercera de la leva, que se desactiva en cuanto se acelera un poco. Esta posición B es muy útil para circular por ciudad, pues nos ayuda a frenar en las múltiples ocasiones que se presentan en el cargado tráfico urbano.
Como todos los Audi, el Q4 e-tron Sportback también cuenta con varios modos de conducción, mediante los cuales varían la asistencia de la dirección, respuesta del motor, el nivel de recuperación de energía y el funcionamiento del climatizador. Los modos son Efficiency, Comfort, Auto, Dymanic e Individual. A estas opciones del Audi Drive Select, hay que añadir otra opción que se activa a través de la pantalla multifunción, la Range, con la cual se consigue la máxima eficiencia y por lo tanto el menor consumo, aunque la velocidad se limita a los 90 km/h. En la opción Efficiency el coche no pasa de 130 km/h.
La batería, de iones de litio, tiene una capacidad de 55 kWh y esta situada bajo el piso en la zona trasera. La autonomía oficial es de 334 kilómetros, pero en una conducción normal, con más autovía que ciudad y por lo tanto el consumo es mayor, apenas llega a los 280 km., cifra que es más o menos igual que el máximo que hemos conseguido cargar durante doce horas en un enchufe doméstico, partiendo de 120 km y en una carga completa se tardarían casi 24 horas. En un poste de 7,4 kW, el tiempo de recarga, de 0 al 100%, se sitúa en las 7 horas y media, mientras que el tiempo de 0 al 80%, en corriente continua, se puede reducir a los 38 minutos. Volviendo a la autonomía nos parece realmente escasa en un coche de estas pretensiones y presencia. Con la carga en 250 km. haciendo 20 km. para bajar a Madrid, circular algo por la ciudad e ir a la sierra y volver a Madrid, andaríamos al borde de quedarnos sin energía, si queremos regresar a casa a 20 km de la capital y todo esto circulando desde el principio en la posición Efficiency, no quiero ni pensar si hubiéramos disfrutado un poco del coche y en la posición Auto, pues la Dynamic, la reservaríamos para hacer unas cuantas aceleraciones y ver un poco lo que el coche da de sí y volver a cargar. Otra cosa sería utilizarle en ciudad en su mayor parte del recorrido, entonces si tendríamos algo más de autonomía.
La suspensión es de tipo McPherson en el eje delantero y de paralelogramo deformable en el trasero, ambos sistemas con sus correspondientes barras de estabilidad. Ésta desde luego esta más que asegurada, por el propio eficaz sistema de suspensiones, por el buen equilibrio de pesos entre ambos trenes de rodaje y por el bajo centro de gravedad al estar situada la batería bajo el piso. Ágil y eficaz en todo tipo de carreteras, el Q4 e-tron Sportback parece más pequeño y ligero de lo que es en realidad, además, como la unidad probada tenía el equipamiento S line, la carrocería estaba 15 mm. rebajada y por lo tanto las inercias eran menores en beneficio de esa estupenda estabilidad.