La compañía fue declarada en concurso en diciembre de 2021 tras admitir una deuda de 60 millones de euros, y desde entonces hasta ahora ha conseguido mantener su actividad no solo gracias a la protección que otorga el concurso, sino también a la cooperación de clientes, proveedores y demás agentes implicados.
A este respecto, Luis Martín, socio de Abencys, que se ha encargado de la administración concursal de la compañía catalana Cricursa, apunta que “para llegar a resultados favorables para la empresa inmersa en el concurso de acreedores, se debe trabajar de forma coordinada con todos los actores de este. Esta es una de las claves que diferencian un concurso con éxito a otro que no consigue los objetivos establecidos de forma inicial, enfocados a la supervivencia del negocio”
Y es que, para conseguir el éxito del concurso, se necesita la cooperación de todos los agentes implicados en el mismo, desde la propia empresa en concurso y sus asesores hasta los acreedores, el juzgado que lo tramita y la administración concursal.
A este respecto, además, es fundamental contar con una administración concursal profesionalizada, ágil y eficiente, y que posea los medios y la experiencia suficiente para contribuir a un resultado óptimo.
“El concurso puede y debe servir para reestructurar una empresa. No debe entenderse como la liquidación y el fin del negocio, sino que pretende conservar el mayor tejido empresarial posible”, apunta Martín.
Cricursa se une así a la empresa leonesa formando un gran grupo experto en vidrio curvado, conservando la mayor parte de su plantilla, así como su actividad.
Amplia experiencia en el sector
La empresa catalana Cricursa, conocida por ser la encargada de fabricar la estrella de la Sagrada Familia, solicitó ante los Juzgados de lo Mercantil de Barcelona la liquidación del negocio de forma permanente, tras enfrentarse a una delicada situación económica. El despacho Abencys es el encargado de llevar a cabo el procedimiento.
“La clave para poder ayudar a las pequeñas y medianas empresas a continuar con su actividad profesional reside en la anticipación y que se ponga en su conocimiento las posibilidades legales que tienen así como las herramientas con las que ejecutar los procedimientos que más se ajusten a su situación, en el marco de un asesoramiento integral adecuado”, añade Martín.