En marzo, las compraventas de viviendas marcaron un nuevo máximo del ciclo, tanto en la serie de los registradores de la propiedad que publica el INE, como en la serie que publica el Consejo General del Notariado. Según la primera, crecían un 25,2% interanual y, según la segunda, un 15,5%.
En términos acumulados de 12 meses, la serie de los notarios muestra 709.000 compraventas y la de los registradores 601.000. Parte de este buen desempeño relativo, sobre todo respecto a las ventas minoristas en el mismo mes, probablemente se debe a que la decisión de la mayoría de las compras efectuadas en marzo se tomó antes del inicio de la guerra, pero podría continuar en los próximos meses porque el ahorro generado durante la pandemia se está orientando más a la inversión en vivienda que al consumo de bienes y servicios, y porque la inflación puede repercutir en el mismo sentido, pues afecta más a los hogares de menores rentas dado el mayor peso sobre sus ingresos de los gastos en electricidad y alimentación, los dos principales focos inflacionistas hasta la fecha.
En los próximos meses comprobaremos hasta qué punto se resienten las compras de vivienda de la incertidumbre, la subida de los precios y el moderado incremento de los tipos de interés, sobre todo teniendo en cuenta de que partimos de cotas muy elevadas y que parecen superiores a la demanda potencial a largo plazo.
Compraventas de viviendas acumuladas en 12 meses: