En próximas líneas desvelaremos el significado de compliance, profundizando en la importancia que adquiere para las empresas. También averiguaremos los ámbitos que abarca.
Hay una inmensa cantidad de aspectos que cambian dependiendo de cuál sea el tamaño de cada empresa, el sector en el que opere, etcétera. Sin embargo, algunos factores se mantienen intactos, siendo un claro ejemplo el hecho de cumplir las normativas.
Podríamos definir el compliance como el cumplimiento de las normas que tiene que acatar el negocio en cuestión, así como de las diversas reglas a las que está sujeto.
El compliance abarca todos aquellos procesos que están pensados para garantizar que esa compañía, independientemente de si es una multinacional o una PYME, cumple no solo las leyes. También ha de hacer lo propio con las normas, los reglamentos y por supuesto la ética que está directamente relacionada con el código conductual de una empresa.
Si bien es cierto que las normativas pueden variar dependiendo del sector, el compliance no cambia, haciendo referencia siempre su definición a lo que acabamos de comentar y a otro factor más que también es importante: la empresa no es la única que forma parte de este proceso, sino adicionalmente sus propios trabajadores.
Es decir, la compañía como tal se ve obligada a aplicar las diversas normas que han de regirla a través de un proceso que recibe el nombre de compliance, pero los trabajadores también. Garantizar este cumplimiento es la definición del término al que hoy hacemos referencia.
Sin entrar a valorar si el compliance es más importante o menos que otros aspectos, es innegable que hoy en día adquiere una gran relevancia. En primer lugar hay que decir que el hecho de cumplir la norma es sinónimo de prevención en lo referente no solo a las multas, sino también a las demandas. El número de las mismas podría multiplicarse si algunas reglas o incluso prácticas éticas no se aplicasen como es debido.
Por otra parte, el compliance también es importante incluso si ya se conocen los reglamentos. ¿Por qué? Básicamente debido a que éstos cambian cada dos por tres. Es precisamente este motivo el que lleva cada vez a más empresas a llevar a cabo la integración del compliance con tal de gestionar el negocio en cuestión y controlarlo de manera real.
Sean cuales sean los procesos que abarque el compliance, es fundamental que se realice un asesoramiento activo, informando sobre cada ley que tendrá que ser aplicada, así como las normativas cuyo cumplimiento es obligatorio y que cambian de manera total o parcial cada cierto tiempo.
Por mucho que se esté cumpliendo ahora la ley, tal vez algún aspecto muy concreto sea modificado. No hacer el oportuno cambio en la empresa podría derivar en una multa, una demanda o incluso una situación de mayor gravedad como un conflicto de intereses. Esto se evita fácilmente aplicando los procesos del compliance.
A su vez, el alto nivel de importancia viene dado por un factor muy a tener en cuenta. Hablamos de cumplir de manera efectiva con cada proceso que forma parte de la organización en cuestión.
Ahora que ya sabes lo importante que llega a ser el compliance para toda empresa, llega el momento de averiguar los ámbitos que pueden formar parte de este proceso que está pensado para garantizar el cumplimiento de las normativas.
Aunque tal vez parecen de los menos importantes, hay que tenerlos muy en cuenta. Nos referimos a los de la transparencia y la ética en general.
¿Por qué estos primeros dan la sensación de tener un nivel de importancia menor? Porque a la lista hay que sumar algunos como el ámbito de la legislación, el de los reglamentos, el normativo y el del buen gobierno. Aun así, aspectos como la diversidad e inclusión en las compañías son tan trascendentes e incluso más, sobre todo en tiempos como los actuales.
Debido a la gran cantidad de ámbitos que se pueden abarcar dentro del compliance, el proceso es debidamente integrado en ámbitos muy distintos unos de otros, empezando por uno de los más importantes: el penal. Es decir, evitar que tengan lugar delitos interna y externamente.
El listado de ámbitos es realmente amplio, sumándose al listado todos los siguientes: delitos telemáticos, anticorrupción, salud pública, medioambiente, riesgos laborales y ámbito corporativo. Así pues, no es de extrañar que cada vez más empresas destinen los recursos económicos necesarios a llevar a cabo una buena formación en compliance.