A principios de los noventa, después de varios estudios, se redujo el contenido del As en un 10 ug/l pero, con el paso de los años, se sabe que el metaloide debería bajar a 0 puesto que hasta en pequeñas dosis puede resultar perjudicial. ¿Existe pues una manera real de quitarlo por completo?
Tras los distintos estudios realizados sobre el poder cancerígeno del arsénico y otros muchos resultados nocivos para el organismo, las industrias han pensado en soluciones acertadas contra este elemento natural que, en el agua tratada, se sigue dando en pequeñas proporciones.
Si bien también se encuentra en la comida, el aire y en los espacios subterráneos, lo cierto es que conviene -especialmente- bajar a cero el contenido que puede estar en ese agua que utilizamos para cocinar, beber o regar en el campo productos que después nos llevemos a la boca. A continuación, para los que no sabían, cómo, os dejamos algunos métodos eficaces:
Con el procedimiento de absorción, el arsénico se adhiere a la superficie de un apartado sólido. Hoy, gracias a los absorbentes a base de hidróxido de hierro, la técnica para conseguir agua potable está mucho más depurada. Con gran capacidad, eleva la disponibilidad del sistema y su mantenimiento, por costumbre, suele ser mínimo.
Con una membrana semipermeable logramos quitar los iones, las moléculas y partículas más tóxicas que están en el agua. Con la posibilidad de eliminar paralelamente otras sustancias que restan, nos encontramos ante un método efecto y que se sigue estudiando para conseguir nuevos resultados.
En el proceso de floculación se suelen usar sales de hierro o de aluminio. Este filtro de eliminación de arsénico es uno de los más populares gracias a que resulta más sencillo que el resto y tiene costes químicos bastante bajos. Ideal para minimizar los riesgos así como el contenido tóxico, siempre es de los que se tiene en cuenta.
Con la coagulación conseguimos neutralizar los sólidos que se contienen en el agua que después llevaremos a uso doméstico. A razón de que las partículas son negativas en lo que respecta a su naturaleza, este efecto positivo sobre ellas logra que podamos hacer uso de la molécula sin problemas.
Como vemos, eliminar el arsénico del agua es una necesidad para la vida, para que podamos hacer uso del H2O de forma lógica y sin ningún tipo de riesgo. Esto, que es algo que la industria tiene muy aplicado, se sigue estudiando para aquellos espacios de los que todavía no podemos sacarla correctamente.
Necesaria para el día a día de los seres vivos, la idea es que en ningún momento contengan sustancias peligrosas ni tampoco se modifique el Ph de la molécula. ¿Crees con esto que todavía quedan muchos métodos a descubrir para conseguir los objetivos planteados con este bien?