A diferencia de los grandes grupos o las grandes empresas, los pequeños y medianos empresarios no pueden permitirse mantener un departamento jurídico dentro de su empresa. En muchos casos, tampoco pueden permitirse el asesoramiento fiscal para empresas y la protección durante todo el año de un abogado especializado.
La vida empresarial es cada vez más litigiosa, ya sea en relación con las normas cada vez más complejas establecidas por las autoridades fiscales, o en las relaciones con sus cocontratantes (clientes, proveedores, socios, etc.). Del mismo modo, sus empleados pueden generar diferencias, cuyo resultado puede ser dramático para las finanzas de la empresa.
Si no dispone de un departamento jurídico interno o necesita la costosa asistencia de un abogado, puede ser una buena idea optar por una solución intermedia y más rentable: el asesoramiento contable, un verdadero ahorro de tiempo para los empresarios.
Si no cuenta con una asesoría jurídica formada por abogados y otros especialistas que le ayuden, como es el caso de IQ Solution que es un referente en este aspecto, es probable que recurra a Internet para encontrar respuestas a sus problemas jurídicos. Pero esta solución tiene algunos inconvenientes:
Ser su propio asistente jurídico requiere tiempo y energía, recursos preciosos que no puede malgastar un empresario que necesita concentrarse en su negocio y normalmente no se siente cómodo con la jerga jurídica y el funcionamiento de la ley.
La información jurídica que consulte debe ser pertinente y estar actualizada: un pasaje mal interpretado o una información falsa podrían tener graves consecuencias financieras, como la recalificación de un despido por falta como despido sin causa real y grave o una inspección de Hacienda, entre otros.
Pero no puede ignorar estas preguntas y esperar que las respuestas aparezcan por sí solas. Estos problemas pueden envenenar la vida de su empresa, e incluso su vida personal, y acabar causándole un estrés excesivo y una noche de sueño muy mala.
Adopta distintas formas, pero el principio es el mismo: usted contrata un servicio jurídico externo. Depende de usted encontrar el paquete que mejor se adapte a sus necesidades. En la mayoría de los casos, se le asignará un experto que se ocupará de su empresa y con el que podrá ponerse en contacto en cualquier momento para cualquier duda que tenga.
Dependiendo de la opción que elija, su persona de contacto puede ser diferente. Tenga en cuenta que, sea quien sea la persona con la que se ponga en contacto, le proporcionará respuestas personalizadas. Su interlocutor no se limitará a enviarle el texto de la ley aplicable a su situación.