Tecnología

La biotecnología agrícola, clave para afrontar el problema de la superpoblación y el cambio climático

Sesion cambio climatico Biospain 2016

En el marco de la sesión Biotecnología, Agricultura y Cambio Climático, celebrada en la tercera jornada del 8º Encuentro Internacional de Biotecnología, Biospain 2016

Lunes 03 de octubre de 2016
La población mundial pasará de 7.400 millones de personas a 9.600 en los próximos 34 años, y los hábitos de alimentación continuarán cambiando, con una demanda global de alimentos un 60% superior en 2050. Ante esta problemática, unida a un contexto de cambio climático, los cultivos tendrán que soportar determinados tipos de estrés como el de temperatura, de sequía o disponibilidad del agua. La biotecnología agrícola consigue aumentar la productividad y reduce los gases de efecto invernadero, y está haciendo frente a esos retos de una manera sostenible, optimizando los recursos y no hipotecándolos para las generaciones futuras.

Europa está perdiendo el tren del desarrollo de la biotecnología de plantas, situándose a la cola del mundo, debido a que no está implementando esta tecnología, según los expertos, por ideas ideológicas y políticas, y el cambio pasa por que la UE aborde la biotecnología de plantas desde una perspectiva científica. El III Foro de Empleo y Formación celebrado hoy en Biospain 2016, que ha contado con la colaboración de FEBiotec, ha acogido a 380 asistentes, 20 empresas y centros de formación y se han gestionado 50 entrevistas de trabajo.

La población mundial actual supera los 7.400 millones de personas, pero se espera que en los próximos 34 años esta cifra aumente hasta los 9.600 millones. En un entorno de cambio climático, están surgiendo preocupaciones acerca de cómo abordar un desarrollo sostenible agrícola frente a una población cada vez mayor, y con cambios en sus hábitos de alimentación, con una estimación de demanda global de alimentos un 60% superior en 2050.

En esta búsqueda, las herramientas utilizadas a través de la biotecnología agrícola permiten conseguir producciones agrícolas no sólo resistentes a este cambio, sino que también se presentan como parte de la solución para este cambio, principalmente en la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. Esta es una de las conclusiones de la sesión Biotecnología, Agricultura y Cambio Climático, celebrada en la tercera jornada del 8º Encuentro Internacional de Biotecnología, Biospain 2016, que ha sido moderada por Juan Quintana, director de asuntos públicos de Kreab, y que ha contado con la participación de Mª José Sanz, directora científica del Centro Vasco de Cambio Climático (BC3); el doctor Andy Challinor, profesor de la Universidad de Leed en Gran Bretaña; y Carlos Vicente, director de asuntos corporativos de Monsanto para España y Portugal.

“En un contexto de cambio climático nos vamos a enfrentar a situaciones en las que los cultivos tendrán que soportar determinados tipos de estrés como el de temperatura, de sequía o disponibilidad del agua. Este problema es necesario abordarlo desde la perspectiva del conocimiento, de la ciencia y del desarrollo tecnológico. La biotecnología agrícola está contribuyendo a poder hacer frente a esos retos y de una manera sostenible, optimizando los recursos que tenemos y no hipotecándolos para las generaciones futuras. Hay que producir mas grano por cada gota de agua que utilicemos”, ha sentenciado Carlos Vicente.

Según la FAO, la agricultura climáticamente inteligente (CSA) ayuda a orientar las acciones necesarias para transformar y reorientar los sistemas agrícolas para apoyar de forma eficaz el desarrollo y garantizar la seguridad alimentaria en el contexto de un clima cambiante. Con esta agricultura se consigue el aumento sostenible de la productividad y los ingresos agrícolas, la adaptación ante el cambio climático, y la reducción y/o absorción de gases de efecto invernadero en la medida de lo posible.

“Con esta tecnología se puede incrementar la estabilidad del rendimiento de los cultivos en unas condiciones de sequía y reducir el riesgo de su manejo en esas condiciones a través de unas semillas mejoradas genéticamente, y un paquete de características biotecnológicas que protegen el potencial de ese cultivo (reducen la aplicación de insecticidas)”, ha explicado Carlos Vicente.

La Unión Europea (UE) necesita reducir las emisiones de gases de efecto invernadero de su agricultura y adaptar su sistema de producción alimentaria para hacer frente al cambio climático. Sin embargo, según este experto, esta tecnología no está a disposición de los agricultores en España ni en el resto de Europa: “En abril de 2015 la Unión Europea (UE) modificó la legislación permitiendo que los países puedan prohibir el cultivo de especies modificadas genéticamente por razones no científicas. Cuando una tecnología soportada en la ciencia se puede prohibir por estas razones simplemente se trata de una decisión ideológica y política. Ahora, el cambio pasa porque la UE aborde la biotecnología de plantas desde una perspectiva científica, ya que Europa está perdiendo el tren del desarrollo de la biotecnología de plantas, situándose a la cola del mundo, y los agricultores españoles van a perder oportunidades y más en un país seco como se trata de España”.

De hecho, en otras zonas del mundo esta tecnología sí está implantada, como Norteamérica, y está empezando a utilizarse en África oriental, a través de un proyecto de partenariado público-privado en Tanzania, Uganda, Kenia, Mozambique y Sudáfrica, en el que participa Monsanto: “Con este proyecto, que arrancó en 2008, proveemos de germoplasma adaptado a las condiciones del África oriental, además de sistemas de semillas genéticas, apoyada en tecnologías avanzadas como marcadores moleculares que nos permiten seleccionar semillas y condiciones de tolerancia a sequía, con un paquete de características biotecnológicas para resistencia a insectos”.

Con el uso de esta tecnología, según Vicente, se espera que en diez años el rendimiento del cultivo de maíz en estos países sea un 30% superior al actual: “Solo con la parte de mejora genética, los agricultores pasarán de obtener una media de 1,8 toneladas de granos de maíz por hectárea a 4,5 toneladas”. Asimismo, comenta nuevas áreas de trabajo como la agricultura digital, gracias a la cual se pueden prever plagas, condiciones climatológicas, y aconsejar al agricultor, haciendo realidad lo que se denomina la agricultura de precisión.

III Foro de Formación y Empleo

Durante esta tercera jornada de Biospain 2016 ha tenido lugar también el III Foro de Formación y Empleo, que ha contado con la colaboración de FEBiotec, en el que han participado 380 asistentes, 20 empresas y centros de formación y se han gestionado alrededor de 50 entrevistas. Durante este foro se ha dado a conocer la oferta formativa en el sector y la oferta de empleo a través de empresas con un sistema agendado de entrevistas. Asimismo, ha contado con un programa sobre salidas profesionales, perfiles más demandados y factores clave a la hora de la búsqueda de empleo.

Claves para crecer en los mercados públicos

El momento de salir a bolsa es crucial para una empresa. Por ese motivo, Biospain 2016 ha organizado la sesión IPO’S for High Growth Biotech Companies con el fin de ofrecer las claves para crecer en los mercados públicos. Según los datos ofrecidos por Carlos Buesa, CEO de Oryzon Genomics, una empresa biofarmacéutica en fase clínica, líder europeo en el desarrollo de terapias basadas en epigenética, es importante reflexionar sobre la evolución del mercado en los últimos años: “En el último año, a pesar de la delicada situación económica, se han producido 24 IPOS. Euronext ha sido el mercado de valores más activo junto a Nasdaq”.

Miguel Mulet, director de Estrategia de Tigenix, recomienda estar bien informado antes de una operación importante: “Hay que tener buenos compañeros de viaje, los recursos adecuados y comportarte como una empresa que tiene que trabajar en esas condiciones lo antes posible para ser capaz de sostener todo el entramado regulatorio”. Por su parte, Pedro Arranz, director general de Solventis, ha hecho hincapié en la necesidad de ofrecer creatividad, eficiencia y soluciones eficaces para crear valor.

Comunicación de crisis

Cómo gestionar la comunicación en periodos de crisis de una compañía biotecnológica ha sido el tema que ha vertebrado la conferencia Crisis communication in a biotech company, moderada por Lisa Melton, news editor de Nature Biotechnology. En la misma Francisco Rosillo, CEO de Crisis Communications & Response-CC&R, ha explicado los pasos a seguir en una crisis empresarial: anticiparse a ella; crear un procedimiento; entrenar al equipo; definir el problema que la ha provocado y hacer el análisis de la situación, y siempre, estar abiertos a comunicar cualquier tipo de información que ayude a clarificar el problema. Juan Pablo Ramírez, presidente de la Asociación de Comunicadores de Biotecnologia (AcB), ha explicado la importancia que tiene mantener una relación de confianza previa con el periodista y tener preparado una figura fundamental en la compañía, el portavoz, al mismo tiempo que ha destacado la importancia de que exista un equilibro entre el momento de la crisis y la transmisión de información sobre la misma.

Los patrocinadores oficiales de Biospain son Bioibérica, Celgene, Merck y Pharmamar.


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