11 de octubre, Día Mundial de la Niña
Martes 11 de octubre de 2016
El 11 de octubre se celebra el Día de la Niña para afrontar el reto de la equivalencia de género y fomentar el empoderamiento de las mujeres en todo el mundo. Compartir las labores domésticas, eliminar los prejuicios y afrontar las limitaciones son algunas claves para desmontar la asociación errónea de roles sexistas. En Brains International Schools se fomenta la equidad de género desde muy temprana edad a través del juego y el razonamiento con los más pequeños.
El debate de la equidad de género entre niños y niñas en las aulas está a la orden del día, especialmente en el ámbito de la educación. Con motivo del Día Mundial de la Niña, el 11 de octubre,
Brains International School quiere destacar que la equivalencia de géneros se debe enseñar también en las aulas para conseguir una sociedad más justa y la tan ansiada igualdad de oportunidades.
Ante una sociedad en la que hombres y mujeres no tienen los mismos salarios, hay más paro femenino y existe una menor representación femenina en los consejos de administración de las grandes compañías, la principal herramienta para combatir esta situación es la educación. Al contrario de lo que pudiera parecer, los niños desarrollan prejuicios a una edad muy temprana y es a través de la educación cómo los conseguimos vencer.
El Día Mundial de la Niña es un día instituido por las Naciones Unidas para lograr uno de sus objetivos de desarrollo sostenible: la igualdad entre géneros y empoderar a todas las niñas y mujeres. “La equidad de géneros es una meta que entre todos, y precisamente desde la escuela, podemos conseguir”, afirma Sergio Díez, impulsor y coordinador de la Escuela de Filósofos de Brains International Schools. “En nuestros colegios defendemos que haya equidad de género, puesto que esto supone dar el mismo trato a nuestros alumnos, sin importar sus diferencias”, asegura.
Las 7 claves para promover la equidad de género en las aulas
Eliminar los prejuicios y las ideas preconcebidas. Desmontar mediante la vocación crítica los prejuicios y los hábitos sexistas. A través del razonamiento crítico conseguimos que los niños puedan hacer frente a las generalizaciones.
Todos pueden hacer todo. Eliminar las concepciones erróneas, empezando en el ámbito doméstico y continuando en la escuela. Enseñar a los niños a compartir las tareas, no solo entre ellos, sino con los padres, dentro de sus posibilidades, y evitar que sea una sola persona la que cargue con todo el peso de la casa.
Afrontar las diferencias de género.Es innegable que niños y niñas no son iguales, a nivel fisiológico y mental son diferentes. Por ello, se tiene que enseñar a los niños a afrontar estas diferencias y a asumirlas. Además, se tiene que dar respuesta a las dudas de los niños sobre cuestiones incómodas como el sexo, y las relaciones entre personas para romper el sistema de imposición de roles.
Evitar el acceso a los estímulos sexistas.A diario los niños están sometidos a un bombardeo continuo de estímulos, no todos ellos deseables. Para evitar que en ellos nazca una percepción sexista, es importante impedir una sobreexposición a estos contenidos y desarrollar un sentimiento crítico para que puedan enfrentarse a los mismos.
Utilizar el juego como base de la enseñanza en equidad. Cabe fomentar los juegos inclusivos, en los que el rol masculino o femenino no intervenga, así como la promoción de equipos mixtos. El juego es una de las formas más efectivas de enseñanza, especialmente en valores, por lo tanto el patio y el recreo deben ser una extensión de este aprendizaje.
Ofrecer patrones de conducta ejemplares.Los niños comienzan a desarrollar su personalidad a través de la repetición y tomando como ejemplo a las personas de su alrededor. Por ello es importante que en casa ya exista un clima de equidad de género que será reforzado en la escuela.
Hacer un seguimiento durante el desarrollo cognitivo. Es preciso hacer un seguimiento del niño y evitar que las concepciones erróneas se afiancen dentro de su entendimiento. Estar atento ante cualquier desviación y rebatir esa idea a través del razonamiento, y nunca del castigo, es una parte fundamental del aprendizaje.
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