Los plazos de pago de las empresas registraron en 2015, último ejercicio del que hay datos completos, una leve mejoría de tres días hasta situarse en 91 días. Esta disminución de los plazos de pago se extiende a todas las tipologías de empresa, por tamaños, sectores y prácticamente en todas las localizaciones geográficas. No obstante, esta evolución tan sólo devuelve los plazos de pago a los niveles que ya tenían en 2010. En un contexto más amplio, tomando como referencia la serie completa de la crisis, los plazos de pago en España mantienen una significativa estabilidad estructural.
De acuerdo con los estudios anuales del Observatorio de Cash Management, desde que se intentan reducir los plazos de pago en España, estos se han movido en la horquilla de los 89 días de 2011 y los 95 de 2013, muy lejos del horizonte de los 60 días que trata de impulsar la legislación española y europea.
Esa es la principal conclusión del ambicioso estudio sobre plazos de pago elaborado utilizando la herramienta Insight View de Iberinform a partir de los datos de 154.000 cuentas anuales. La particularidad de este estudio anual es que resuelve el principal problema metodológico para calcular los plazos de pago reales que se dan en España: sólo los balances presentados siguiendo los formatos Normal y Mixto, el 10% de los analizados, permite la estimación directa de plazos de pago. El estudio, elaborado en el seno del Observatorio de Cash Management que impulsan Crédito y Caución, Iberinform y el del IE Business School, tiene en cuenta también los modelos Abreviado y Pymes, a través de cálculos validados en el seno del Observatorio.
Al analizar los plazos de pago teniendo en cuenta el tamaño de las empresas surgen algunas asimetrías relevantes. El crédito comercial de la gran empresa se sitúa 18 días por encima de la media. En el otro extremo se encuentra la pequeña empresa, cuyos plazos son los más cortos de la muestra, tres días por debajo de la media nacional. No puede trazarse, sin embargo, una regla sencilla y directa que vincule tamaño con plazos de pago. Buena prueba de ello es la evolución de las microempresas, que presentan plazos de pago superiores a la pequeña.
Ninguno de los sectores productivos logra situarse por debajo de los 60 días. El mejor comportamiento se registra en el sector servicios que se sitúa en 86 días. La industria española trabaja con unos plazos medios de 96 días frente a los 102 de 2013, un síntoma de la mejoría de su acceso a la financiación. Los plazos más amplios se dan en construcción, con seis días de crédito comercial adicional frente a la media nacional.
Por comunidades autónomas, la evolución del comportamiento en pagos depende de diversos condicionantes entre los que cabe citar, principalmente, dos: los matices en la cultura de pagos o la composición sectorial. La horquilla supone 37 días adicionales de crédito comercial.
Ceuta y Melilla, Baleares, Navarra y Aragón presentan los plazos de pago más reducidos de todo el Estado. En el otro extremo se sitúan Andalucía, Extremadura y Murcia. La mejora de los plazos de pago se produce en 15 de las 17 comunidades autónomas. Sólo dos se mantienen sin cambios: Navarra y La Rioja.