¿Qué podemos esperar?
Dada la poca rentabilidad que está obteniendo la banca durante los últimos ejercicios, las autoridades han planteado que el mapa de bancos español se reduzca aún más. De las 55 entidades de crédito que teníamos antes de la crisis sólo han sobrevivido 14 y se espera que tras la segunda fase de fusiones el número se reduzca aún más.
Los que llevarán las riendas del juego, es decir, los bancos en España que tienen más capacidad para absorber, son los más grandes: Santander, BBVA y CaixaBank. Algunos expertos incluyen también a Bankinter, una entidad pequeña y que opera únicamente en España (si excluimos la compra de Barclays en Portugal), pero altamente solvente.
Es probable que en esta segunda oleada no veamos fusiones entre dos bancos medianos con problemas, como ocurrió durante la crisis, sino que sean los grandes los que absorban a los medianos y pequeños. De hecho, el presidente de la Asociación Española de Banca, José María Roldan, ya afirmó que “dos entidades débiles no hacen una fuerte”. Además, Roldán también apuesta por bancos paneuropeos, es decir, entidades de crédito sin una nacionalidad concreta.
De momento, en España solo quedan dos cajas de ahorro, Ontinyent y Pollença, dos entidades muy pequeñas que lograron sobrevivir durante la crisis. Y también queda la incógnita de Bankia y BMN, que ya fueron nacionalizadas y que el Fondo de Reestructuración Bancaria (FROB) podría ordenar próximamente su fusión.
Ajustes de plantilla para combatir las bajas rentabilidades
Hasta que no se formalicen las integraciones, los bancos deben buscar soluciones para combatir la situación de tipos mínimos que, según ellos, está afectando negativamente a sus balances.
De momento, muchos bancos han optado por ajustes de plantilla que les permitan reducir gran parte de sus costes. Sin embargo, estos ajustes aún no han terminado ya que, gracias a la digitalización, es uno de los costes que más pueden reducir.