A la hora de elegir el país adecuado en el que iniciar una internacionalización hay que tener en cuenta la competencia, el tejido empresarial y la realidad cultural.
La expansión internacional es el objetivo de muchas empresas emergentes que quieren ampliar sus negocios. Un proyecto ambicioso que puede salir mal si no se calculan bien los riesgos y los problemas que puedan surgir.
Uniplaces.es, servicio de reserva de alojamiento para estudiantes, está presente en varios países y gracias a su experiencia ha resumido algunos de los obstáculos a los que tendrá que hacer frente una empresa que quiera internacionalizarse con éxito en otro país.
El primer problema y más importante al que tendrán que enfrentarse los emprendedores será elegir el país adecuado. Desde la compañía explican que antes de elegir un destino debemos saber si es factible replicar en él nuestro modelo de negocio. Para ello, “hay que informarse sobre el tejido empresarial de cada mercado, teniendo muy en cuenta la legislación (fiscal, laboral y contable) y la realidad cultural en la que se moverá nuestra empresa”, señala Joaquín Mencía, CEO de Uniplaces en España.
La viabilidad de la expansión depende, fundamentalmente, de que la llegada de nuestro negocio se adecúe a las necesidades del país o la ciudad que se ha elegido y, para ello, es necesario conocer cómo viven sus ciudadanos y cuál es la política que tienen sus administraciones. Además, “es importante definir qué países serán a los que iremos en una segunda y tercera etapa de la expansión y cuándo se realizará ésta ya que si nos equivocamos perderemos no sólo tiempo y dinero, sino parte del prestigio que ya habíamos obtenido de nuestros inversores”, explica Mencía.
El segundo problema será cómo distribuir los recursos de la expansión para lo cual, Uniplaces, recomienda “centrarse en unos cuantos mercados claves y evitar a toda costa una internacionalización masiva simplemente porque nuestro negocio nos permita abrir el acceso al producto u ofrecer el servicio sin necesidad de tener presencia física en el territorio”.
Una startup que se internacionalice deberá, además, plantearse cómo transferir sus conocimientos a los futuros empleados. Mencía señala que “los playbooks son necesarios porque las empresas emergentes no sólo ofrecen productos si no, también, una marca que los usuarios identifican con una determinada forma de vida, pensamiento o actitud y esto debe trasladarse y ser reconocible en los países en los que se quiere entrar para que la marca sea global y no sólo local”.
Para lograrlo Uniplaces recomienda que las startups que se expandan den importancia al equipo de recursos humanos pues, en muchos casos, habrá que formar a los equipos locales sobre la filosofía de la empresa, sus cualidades y sus objetivos y metas. Todo ello sin olvidar que durante los inicios la startup tendrá que realizar algunas actividades desde su sede principal.
La financiación y los inversores son otros de los puntos a tener en cuenta en la expansión internacional ya que habrá que demostrarles que el desembarco en el destino elegido está yendo como se esperaba por lo que es fundamental que se lleve un control preciso de las acciones que se han hecho, de los objetivos que se van logrando y de los cambios o mejoras que se pueden establecer para lograr el éxito de la expansión. Desde la compañía aseguran que “una vez se demuestre que el modelo funciona, los inversores serán los primeros en querer replicarlo”. No obstante, los emprendedores deben disponer y entender el presupuesto que necesitan para operar en dicho país hasta que puedan obtener beneficios propios.
Por último, antes de decantarse por un país hay que conocer la competencia que existe en el mercado para saber cómo de difícil será hacerse un hueco entre los potenciales usuarios o clientes y conseguir market share.