España es el penúltimo país de la Unión Europea en construcción de unifamiliares, según un análisis de mercado realizado por la constructora CMERA, basado en datos de Eurostat y del Ministerio de Fomento.
Según la última encuesta sobre el estado de la vivienda en el continente, uno de cada tres europeos vive en unifamiliares, mientras que en España tan sólo uno de cada diez utiliza este tipo de vivienda para residir. Por el contrario, España es líder europeo en residencia en pisos. El 65% de los ciudadanos de nuestro país apuesta por esta forma de residencia, yendo totalmente en contra de la tendencia continental, cuya media de residencia en pisos se sitúa más de veinte puntos por debajo.
En este sentido, España va a contracorriente con respecto a Europa, fruto en gran medida de la evolución desmesurada de construcciones de pisos durante la crisis. “El boominmobiliario supuso una enorme construcción de bloques de pisos que han limitado el mercado y obligado a muchos españoles a residir en este tipo de viviendas. Además, se construyeron con excesiva rapidez, fruto de la voracidad de este mercado en años anteriores, por lo que los materiales y finalización de muchas de estas casas no cuenta con la calidad adecuada”, según indica Fernando Losada, arquitecto de la compañía que ha realizado este análisis.
Un cambio de tendencia moderado
Según el Ministerio de Fomento, el número de visados o autorizaciones para construir unifamiliares en los nueve primeros meses del año creció un 21,5% con respecto al mismo periodo del año anterior. Esto da pistas sobre un hipotético cambio de tendencia, en el que se atisba un mayor interés por la construcción de este tipo de viviendas.
Un aumento que sería real sino fuera porque el número de autorizaciones para la construcción de pisos ha sido aún mayor, alcanzando una subida interanual del 34,8% en el mismo periodo. Es decir, en España se construirán más unifamiliares de los que se venían creando en años anteriores, aunque el número de pisos también aumentará considerablemente, lo que no equiparará una balanza demasiado inclinada hacia la construcción de pisos, y totalmente contraria a la tendencia continental.
Desventajas de vivir en un piso
Las dificultades a la hora de realizar reformas, la imposibilidad de encontrar aparcamiento o la convivencia vecinal son algunas de las razones que esgrimen los propietarios de unifamiliares para haber apostado por esta vivienda, frente al tradicional piso.
El precio y la calidad es la otra gran razón que ofrecen, según datos de clientes aportados por CMERA. “Las personas que deciden construir su propio unifamiliar echan cuentas, y realmente consiguen un precio muy competitivo en comparación con la calidad de los materiales que se utilizan. Además, van a construir una vivienda completamente a gusto del inquilino y su familia. No es sólo una cuestión de confortabilidad, sino de necesidades que uno debe cubrir a la hora de residir en su casa”, aseguran desde esta constructora.
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