El Gobierno regional avanza en la definición del nuevo modelo de gestión, que entrará en vigor este año.
El consejero de Medio ambiente, Administración Local y Ordenación del Territorio, Jaime González Taboada, se ha reunido hoy en Logroño con su homólogo riojano, Íñigo Nagore, para compartir experiencias y estrategias sobre la gestión sostenible de residuos en sus respectivos territorios.
Así, en este encuentro se han analizado aspectos comunes como el traslado de los residuos, la gestión de las plantas de tratamiento o la financiación de las actuaciones.
El Plan Director de Residuos de La Rioja se lleva aplicando con éxito desde el pasado año, con un modelo de gestión que comparte la filosofía y los principios de la Estrategia de Residuos en cuyo borrador trabaja la Comunidad de Madrid.
Un texto con el que el Gobierno regional apuesta de manera decidida por la gestión sostenible y la modernización de los procesos de recogida y reciclaje en consonancia con las directivas europeas.
Además de avanzar en la gestión sostenible, el objetivo del Ejecutivo madrileño es conseguir un documento que reúna el máximo consenso entre todos los sectores implicados. Para ello, se han celebrado distintas jornadas de debate en las que han participado alcaldes, portavoces de la Asamblea de Madrid, representantes de mancomunidades de gestión de residuos, profesionales, expertos de organizaciones de consumidores, grupos ecologistas y empresas, además de la Federación de Municipios de Madrid y Ecoembes.
El nuevo modelo de gestión en el que trabaja el Gobierno regional responde también a las nuevas líneas y directivas que en materia de tratamiento de residuos se marcan desde Bruselas. Un objetivo que el consejero madrileño trasladó en persona al director general de Medio Ambiente de la Unión Europea, Daniel Calleja, durante la reunión que ambos mantuvieron el pasado mes de enero.
El texto, que ha pasado ya la fase de información pública y que actualmente está en periodo de revisión de las alegaciones presentadas, recoge aspectos clave como la prevención de residuos a través de un programa dirigido a reducir la cantidad y peligrosidad de los residuos que se generan en la región, con líneas de acción relativas al desperdicio de alimentos, el impulso a la reutilización, la reparación de productos y la concienciación de la ciudadanía.
También incide en la importancia de avanzar en la gestión sostenible de los residuos, aprovechando al máximo los recursos que contienen para volver a introducirlos en el ciclo productivo dentro de la llamada “economía circular”. Y destaca la necesidad de modernizar, ampliar y construir nuevas plantas de tratamiento de residuos en la región, independientemente del modelo de gestión que finalmente adopte la Estrategia.
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