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Gonzalo Martínez de Miguel, INFOVA
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Gonzalo Martínez de Miguel, INFOVA

La empresa española sigue siendo “cosa de hombres”

OPINIÓN: Por Gonzalo Martínez de Miguel, CEO INFOVA

miércoles 15 de marzo de 2017, 20:03h
La capacidad para ordenar ideas, la perseverancia, la equidad, la integridad, la gestión del éxito y el fracaso o la inteligencia emocional son más importantes en la elección de un líder que su género.
Históricamente las mujeres parten con desventaja a la hora de ocupar el poder y las que llegan a liderar sus organizaciones, tienden a ser excepcionales. Lamentablemente, hoy en día, la realidad sigue siendo más exigente con las mujeres que con los varones, a pesar de que muchas féminas han demostrado a lo largo de la historia que como jefas, directivas o gobernantes nada tienen que envidiar a la gestión realizada por sus compañeros hombres.

Según los estudios realizados por INFOVA, la forma de comportarse de hombres y mujeres a la hora de dirigir revelan muy pocas diferencias en cuanto al estilo. La eficacia depende de las bases que soportan el liderazgo y hay estilos más efectivos que otros según las circunstancias, pero no están vinculados al sexo. Aunque bien es cierto que se tiende a asociar el liderazgo femenino como una manera de dirigir más intuitiva, más comprensiva y dialogante y, emocionalmente, más inteligente. Por el contrario, el liderazgo masculino parece menos sofisticado, más rudo o con menos matices.

A pesar que las cualidades asociadas a la dirección de las mujeres parecen más efectivas para la sociedad actual, sin embargo “la empresa española sigue considerando al hombre superior a la mujer”, según explica Gonzalo Martínez de Miguel, director general de INFOVA. Una muestra de ello es la diferencia entre el número de consejeras que se pueden encontrar en las grandes empresas del Ibex 35 y el número de consejeros, como destacan diversos estudios realizados al respecto.

La razón es que frente a las condiciones de acceso al sector público están tasadas y rigen igualdad para todos, en el sector privado se tiene la errónea concepción de que un buen líder y una gestión eficaz vienen de la mano de jornadas interminables de trabajo y que se debe priorizar la vida profesional sobre la vida privada. Por ello, antes de llegar a dirigir una organización hay mujeres que prefieren renunciar al considerar que el panorama empresarial les exigirá descuidar una parte de su vida. Por otro lado en numerosas ocasiones, los propios compañeros no les dan la opción de promocionar, puesto que consideran de ante mano que ellas no harán tal concesión.

Mientras en España se tenga la idea de premiar el “presencialismo” frente a la efectividad, es difícil que esto cambie. Para ello también ayudarán figuras como la de Ana Patricia Botín o Ana María Llopis, al frente del Banco Santander y Día, respectivamente, porque hacen más visible para mucha gente, la posibilidad de mujeres al mando de las grandes organizaciones, aunque en la historia existen ejemplos de líderes excepcionales que han dejado huella como Margaret Thatcher, Golda Meir, o la propia Isabel la Católica.

A estas últimas se les atribuyen posiciones más tozudas y políticas más contundentes a la hora de dirigir, lo que en un principio parecería un comportamiento más típico del “liderazgo masculino”, que podrían haber adoptado para demostrar su valía en un mundo regido por hombres, pero según Gonzalo Martínez de Miguel estas cualidades no están asociadas al sexo, sino a la autoestima, fortaleza, integridad, vocación de servicio y sentido del deber que necesita un buen líder con independencia de su género. La autoridad personal se gana manteniéndose firme en el camino correcto sin hacer concesiones, “ellas sabían de estas necesidades, por ello pueden resultar más tajantes”.

Aunque aún queda por hacer, el director general de INFOVA, considera que “la situación tenderá a normalizarse y se primarán en un líder valores como la intuición o la inteligencia emocional, frente a su género, puesto que estas son las cualidades que la sociedad exige para la gestión de las organizaciones actuales”. Por lo tanto, asegura que “los niños y niñas que vayan a dirigir mañana deberán ejercitarse en la toma de decisiones, la asunción de riesgos, el análisis de alternativas, la capacidad para ordenar ideas, la perseverancia, la equidad, la integridad y la gestión del éxito y el fracaso, independientemente de su sexo”.

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