Sudamérica registrará un repunte modesto del crecimiento en 2017
miércoles 22 de marzo de 2017, 18:07h
El último informe de Crédito y Caución prevé la recuperación del crecimiento en Argentina y Brasil, donde las empresas afrontan riesgos significativos de liquidez.
En un entorno de incertidumbres políticas y económicas, Sudamérica registrará un repunte modesto del crecimiento en 2017 de acuerdo con último informe difundido por Crédito y Caución.
En Argentina, la Administración actual ha abordado desde 2015 importantes reformas económicas como la reducción de las subvenciones a la energía, la supresión de los impuestos a la exportación, o la renegociación de la deuda que ha permitido al país su vuelta a los mercados internacionales y la mejora de sus relaciones con el FMI, Estados Unidos y Europa. Sin embargo, en 2016, Argentina se contrajo debido a los efectos inmediatos de las nuevas políticas y la recesión de su principal socio comercial, Brasil. Muchos hogares argentinos se han visto gravemente afectados por los recortes y el aumento de la inflación, superior al 35% debido a la devaluación del peso, lo que ha generado protestas masivas y un marco de inestabilidad para la economía. Aunque la aseguradora de crédito líder en España prevé una vuelta al crecimiento del país en 2017, recalca que muchas empresas argentinas siguen enfrentándose a mayores riesgos de liquidez, debido a la volatilidad del crédito, y a la incertidumbre política y económica.
Brasil también se caracteriza por una alta incertidumbre política, marcada por las investigaciones de corrupción en torno a la petrolera estatal. La economía, se contrajo en 2015 y 2016 debido a la debilidad de la demanda externa, la caída de los precios de los productos básicos, y la reducción drástica del consumo, la inversión y la producción industrial. En ese entorno, las insolvencias se han incrementado significativamente en Brasil, una tendencia que se mantendrá en 2017 con un incremento previsto del 10%. La actual Administración ha puesto el foco en aumentar la confianza de los inversores, frenar el crecimiento del gasto público, mejorar la credibilidad del banco central, reformar las pensiones y la seguridad social o la rigidez del mercado de trabajo. Sin embargo el avance en estas áreas se prevé muy lento. Aunque su deuda externa sigue siendo relativamente baja, Brasil es una economía vulnerable a los cambios en la inversión, marcada por la incertidumbre sobre los escándalos de corrupción y el futuro comercial con Estados Unidos. Con todo, en 2017, se espera una recuperación modesta del crecimiento económico, por debajo del 1%.
En Chile, la estabilidad de la Administración se ha visto dañada tras varios escándalos de corrupción. En 2016, el crecimiento económico fue muy modesto debido al bajo precio del cobre, que representa más del 45% de las exportaciones y el 10% del PIB, la desaceleración china que supone más del 25% de las exportaciones, y la debilidad de la demanda interna obstaculizada por la deuda de los hogares. A pesar de ello, se prevé un impulso del crecimiento en 2017. El impacto de la nueva Administración de Estados Unidos es incierto. La industria de productos básicos de Chile podría beneficiarse de sus proyectos de infraestructura a gran escala, pero también podría verse afectada negativamente por el creciente proteccionismo. No obstante, la resistencia de Chile a los vaivenes de la economía sigue siendo fuerte con una deuda externa del 62% del PIB.
En Colombia, la implementación del acuerdo de paz que puso fin a un conflicto de cinco décadas no está plenamente asegurado. Desde 2015, el crecimiento del PIB de Colombia se ha ralentizado debido a la disminución del precio de los productos básicos, como el carbón y el petróleo que representan el 80% de las exportaciones. En 2017, la perspectiva de crecimiento sigue siendo modesta. A pesar de un significativo progreso económico en los últimos años, Colombia tiene todavía altas tasas de pobreza y desigualdad, especialmente en áreas rurales, por lo que son muy necesarias las reformas sociales, la promoción del empleo y la mejora de las infraestructuras que aseguren un crecimiento económico a largo plazo.