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Audi Q5 TDI 190 quattro S Tronic

Audi Q5 TDI 190 quattro S Tronic
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Segunda generación con más estilo y mucha más tecnología

Por Mariano García Viana
jueves 06 de julio de 2017, 22:05h
Sin lugar a dudas el Q5 se ha convertido en el modelo más representativo de los que se suelen llamar crossover medios, a caballo entre los compactos, más pequeños y los de grandes dimensiones y lujo. Pero esta segunda generación ha dado un paso más y sin abandonar esa categoría de medios se acerca “peligrosamente” en muchos aspectos, a los más grandes, incluso a su hermano mayor de marca, el Q7.
Cuando hace unos meses asistimos a la presentación del nuevo Q5, nos sorprendió favorablemente no solo su nuevo aspecto, más juvenil y moderno, sino también las múltiples cualidades y mejoras que encerraba, que rápidamente pudimos comprobar, tanto estática como dinámicamente. Ahora que le hemos conducido en profundidad, todos aquellos aspectos que nos agradaron, se han multiplicado y han mejorado aún más la ya favorable opinión que teníamos del nuevo Q5.

Como decíamos esta segunda generación puede presumir de tener una carrocería más moderna y con un estilo más elegante y hasta más juvenil. Con respecto a la primera generación ha crecido en todos los aspectos, menos en uno, su peso que se ha reducido sensiblemente. En efecto ahora mide 4,66 metros de longitud, 1,89 metros de anchura y 1,66 metros de altura, mientras que la distancia entre ejes es de 2,82 metros. Gracias a que en la carrocería se utiliza una combinación de aluminio y aceros de alta resistencia, se consigue ese mencionado menor peso. El nuevo Q5 también marca la referencia en su categoría en cuanto a aerodinámica, con un coeficiente Cd de tan sólo 0.30, lo que propicia que el nivel de ruido aerodinámico resulte excepcionalmente bajo y el confort debido al aislamiento de las vibraciones sea muy elevado. Su frontal está presidido por la nueva parrilla Singleframe en cuyos extremos se sitúan los faros de tecnología Matrix LED con intermitentes dinámicos. El haz de luz del sistema Matrix LED es muy brillante y homogéneo, y está compuesto por 16 diodos individuales en cada lado. Después de pasar por las lentes primarias, irradian la luz desde tres reflectores. La unidad de control se comunica con una cámara ubicada en el espejo retrovisor para, de manera individual, encender, apagar o atenuar cada diodo hasta en 64 niveles, en función de cada situación. Como resultado, el Matrix LED siempre ilumina la carretera de forma óptima sin deslumbrar al resto de usuarios de la vía. Una distintiva y marcada línea de cintura de forma curvada combina perfectamente con los prominentes pasos de rueda que de alguna forma dejan entrever las posibilidades de emplearse fuera de la carretera. Al igual que en el frontal, las líneas horizontales en la parte trasera transmiten una imagen de anchura y aplomo. Los grupos ópticos traseros también disponen de intermitentes dinámicos y tiene un generoso tamaño. El portón trasero envuelve la zaga alrededor de los pilares C, una característica típica en la familia de modelos Q de Audi. Un difusor integra las cromadas salidas de escape.

El interior, como es fácil de entender por el mencionado aumento de las dimensiones del coche, ofrece espacio de sobra para cinco ocupantes, aunque la configuración del asiento trasero es más favorable para dos. En el salpicadero dominan las líneas horizontales que subrayan la impresión de anchura y confort. Parece a simple vista demasiado sencillo, pero dentro de esa sencillez no deja de transmitir cierta elegancia deportividad, sobre todo por la ancha banda de color aluminio que lo recorre en su parte inferior separando las salidas de aire de los mandos del climatizador, en su parte central, y de la guantera en la zona del acompañante. Al contrario de otros modelos que la prolongan a lo largo del salpicadero, la visera protectora solo acoge bajo ella el propio cuadro, un cuadro que realmente es una pantalla TFT de 12,3 pulgadas (Audi virtual cockpit y que se puede configurar de varias formas en función de los gustos del conductor y puede incluso reproducir aumentado, el mapa que en ese momento figure en la pantalla central multifunción (MMI Navegación Plus) de 8,3 pulgadas que, como está poniendo de moda, se instala como superpuesta y no incrustada en el diseño, en el centro del salpicadero.

El volante multifunción de tres radios y achatado en su parte inferior está calefactado, pero no ha parecido un poco grueso demás. Cuando anochece, la luz ambiental interior crea una atractiva atmósfera que puede cambiar de color según los gustos. En general el acabado interior en el nuevo Audi Q5 ofrece una calidad casi artesanal y todo está encajado perfectamente. Los asientos delanteros recogen perfectamente el cuerpo y están también calefactados y ventilados. Por su parte el trasero está dividido en tres sectores y dispone de un reglaje longitudinal de la banqueta y de inclinación. Dependiendo de su posición el volumen del maletero varía entre los 550 y los 610 litros, lo que supone un incremento de 10 litros respecto al modelo anterior, mientras que si el respaldo del asiento está abatido, la capacidad de carga aumenta hasta los 1.550 litros. Volviendo a la consola central, señalemos que en ella se ubican el botón de arranque, una toma de corriente, los mandos del MMI all-in-touch con panel táctil y accesos rápidos y la palanca de nueva factura del cambio automático S tronic, todo ello rematado con un hueco para no complicarse a la hora de dejar el teléfono móvil o las llaves del coche. Sin entrar en detalles por falta de espacio, digamos que el Q5 está dotado de un equipamiento de lo más completo que uno se pueda imaginar, tanto en elementos de confort, como en los de seguridad, ayuda a la conducción e infotaiment, sin olvidar un magnífico equipo de sonido Bang&Olufsen. Toda la tecnología y los últimos avances de la industria del automóvil se puede decir que están presentes para hacernos la vida más fácil y segura al conducir el nuevo modelo.

La versión probada estaba equipada con el excelente motor 2 litros TDI de 190 CV y un par de 400 Nm. Una mecánica probada suficientemente como para calificarla de excelente. Para ser un diesel apenas se deja oir en el habitáculo, sobre todo una vez lanzado la rumorosidad mecánica “no existe” para los ocupantes y estos solo se podrán ocupar sin levantar la voz de sus conversaciones o la música ambiental, pues incluso el ruido aerodinámico se ha reducido casi a la nada gracias al estupendo estudio aerodinámico llevado a cabo en la nueva carrocería. Desde bajas vueltas el motor empuja con fuerza y no deja de hacerlo según la caja automática va engranando relaciones. La velocidad máxima que se puede conseguir es de 218 km/h y la aceleración de 0 a 100 km/h se sitúa en los 7,9 segundos, cifras que casi se pueden calificar de deportivas.

Junto a este excelente motor nos encontramos un cambio S tronic de siete velocidades con doble embrague que tiene un elevado nivel de eficiencia. Sus compactos embragues multidisco están dispuestos en serie de forma axial, en vez de radialmente uno sobre el otro como en la caja de cambios de la generación anterior, lo que reduce el par de arrastre, lo que supone una reducción de peso y como decimos un alto grado de eficacia, pues los cambios se realizan en apenas unas centésimas de segundo y sin interrupción de la entrega de potencia, alternando los embragues. Las relaciones inferiores son cortas para un rendimiento más deportivo, mientras que las marchas más largas tienen desarrollos que contribuyen a reducir el régimen de giro del motor y el consumo de combustible y además, esta caja automática, está diseñada para funcionar en conjunción con los sistemas start-stop de arranque y parada, lo que contribuye a que el consumo mixto apenas llegue a los 5 litros, cifra sorprendente dadas las prestaciones que el nuevo Q5 puede alcanzar. Los conductores pueden elegir entre los modos D, S y E, así como cambiar de marcha manualmente en cualquier momento, bien con la elegante palanca selectora de la consola o las levas situadas tras el volante.

Este Q5 probado estaba también equipado con la ya famosa tracción quattro en su última generación. El control de la nueva tracción quattro funciona de forma predictiva. Trabaja en red con todos los sistemas del vehículo evaluando datos –en ciclos de diez milisegundos– como el ángulo de giro de la dirección, la aceleración longitudinal y transversal o el par motor. Cuando el sistema detecta que no hay riesgo de deslizamiento de los neumáticos, el sistema se beneficia de las ventajas de la tracción delantera. Si se necesita tracción a las cuatro ruedas, está disponible de forma inmediata. Funciona en dos fases, una predictiva y otra reactiva. En el nivel predictivo utiliza los datos suministrados por los sistemas conectados en red. A partir de estos datos, la unidad de control calcula hasta con medio segundo de adelanto, por ejemplo, el punto en el que el neumático interior puede alcanzar su límite de agarre al abordar una curva. Si se supera un umbral definido se activa el sistema de tracción a las cuatro ruedas. La decisión de la unidad de control sobre si la conexión del sistema de tracción quattro debe realizarse de forma predictiva se basa principalmente en el estilo de conducción del conductor, en el funcionamiento del control electrónico de estabilidad (ESC) y en el programa seleccionado en el Audi drive select. Este sistema permite que los conductores del nuevo Audi Q5 puedan ajustar las propiedades del sistema de tracción en función a sus preferencias personales. El modo auto representa la máxima tracción y un comportamiento que busca el equilibrio. En el modo dynamic se dirige más par y de forma más temprana a las ruedas del eje trasero, lo que incrementa el rendimiento dinámico, especialmente con pavimentos con bajo agarre.

El nuevo Q5 es un coche muy fácil de conducir y que transmite una gran sensación de seguridad. Dotado de la suspensión neumática, como es el caso, se permite variar la firmeza de la amortiguación y la altura de la carrocería con respecto al suelo, entre un mínimo de 160 mm., con el modo de conducción Dynamic y un máximo de 220 mm. en la posición Offroad. Lo habitual es circular en la posición intermedia. De todas formas en cualquiera de las posiciones resulta confortable para los ocupantes, incluso fuera de la carretera, donde por cierto, su altura y su poder de tracción le hacen tremendamente eficaz y capaz de subir pendientes que en principio pudieran parecer infranqueables.

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