Según la Asociación contra el Acoso Psicológico y Moral en el Trabajo, hoy en día el 15% de los trabajadores sufren acoso laboral.
La
Organización Mundial de la Salud (OMS) define el
acoso laboral, o mobbing, como el comportamiento agresivo y/o amenazador de uno o más miembros de un grupo hacia un individuo, el objetivo o la víctima, en entornos empresariales. Si tomamos como referencia el marco jurídico, el acoso laboral vulnera los artículos 10, 14, 15, 16 y 18 de la Constitución Española.
Cuando el estrés en el trabajo se debe al hostigamiento o intimidación continua, podemos estar frente a una situación de acoso laboral. Esta violencia física o psicológica se da a través de actos hostiles a los que es sometida una persona en el ámbito laboral de forma sistemática, y que puede derivar en problemas de salud. Por tanto, si este tipo de situaciones no son detectadas a tiempo, pueden provocar daños psicológicos o estrés que acaba desencadenando enfermedades como la depresión, úlceras, problemas cardiovasculares, entre otros.
Según la Asociación contra el Acoso Psicológico y Moral en el Trabajo, hoy en día el 15% de los trabajadores sufren acoso laboral. En esta línea, Iñaki Piñuel, profesor de la Universidad de Alcalá, aseguraba ya en 2014 que “el mobbing ha crecido en España un 40% desde el comienzo de la crisis”. Además, con el desarrollo de las nuevas tecnologías, al igual que ocurre con el acoso escolar, los verdugos disponen ahora de múltiples canales digitales en los que someter a su víctima incluso fuera ya del centro de trabajo.
El acoso laboral afecta tanto a hombres como a mujeres, aunque no de la misma manera. Normalmente, según reflejan los estudios, las mujeres son quienes sufren en mayor medida esta mala práctica que se extiende a todos los sectores de actividad. Sin embargo, en este sentido, destaca el sector sanitario. Según el 'IV Estudio sobre la situación laboral de los médicos en España', presentado por la Organización Médica Colegial (OMC), el año pasado un 43,5% de los médicos asegura haber sufrido algún tipo de acoso, discriminación y maltrato en su centro de trabajo. Las mujeres son quienes se llevan la peor parte. El informe refleja que el agravio en el trabajo lo sufre un 46,6% de las mujeres frente a un 41,3% de los hombres.
Conocer el acoso laboral
Para detectar a tiempo situaciones de acoso laboral, y poder establecer medidas de prevención, se debe tener en mente que la finalidad del acosador es debilitar psicológicamente a la víctima para reducir su estima. Para ello, el atacante puede agredir verbalmente a su mártir, sobrecargarle de trabajo de manera injustificada o asignarle tareas imposibles de cumplir; pero también puede darse a la inversa: anulando sus capacidades reduciendo sus responsabilidades profesionales. Difundir rumores difamatorios que afectan negativamente a la imagen y dignidad del profesional o atacar las convicciones personales así como la ideología suelen ser otras maneras de hacer acoso.
Está en manos de las organizaciones establecer mecanismos que frenen este tipo de acciones que perjudican a la víctima, pero también a la entidad. Si se detecta un problema de esta envergadura “lo recomendable es que la persona afectada se lo comunique a la dirección, y solicite ayuda médica para paliar o disminuir en la medida de lo posible los efectos adversos generados. Y una vez realizada la evaluación del caso, se deberán interponer los recursos legales correspondientes”, explica Javier Caparrós, director general internacional de Trabajando.com y HR-Consulting.