Septiembre está a la vuelta de la esquina y eso supone para muchos la vuelta al trabajo.
A veces, una parte de nosotros echa de menos la normalidad, los horarios y la rutina pero lo normal es que nos pongamos malos solo con pensar en volver a trabajar, el jefe, los clientes y el estrés diario.
El regreso puede ser mucho más duro si lo que nos espera son un montón de temas pendientes de resolver o si no lo planificamos bien, pero Jose Maria Vilar-Sancho, experto en trabajo flexible y portavoz de Polycom, nos da algunos consejos para que no se nos haga tan cuesta arriba:
- Intenta no volver del lugar donde estás veraneando justo para incorporarte al trabajo tras unas vacaciones largas. Un día de margen en casa para habituarte y que no sea tan brusco el cambio te ayudará, aunque siempre hay quien prefiere aprovechar al máximo sus días libres, claro.
- Si disfrutas de trabajo flexible, el primer día no trabajes en la oficina. No es un día extra de vacaciones, es para ponerse al día con lo que ha pasado en tu ausencia sin interrupciones de llamadas, compañeros, etc.
- Si tienes posibilidad, deja puesto el mensaje de tu correo electrónico de “Fuera de la oficina” un día más, el que vas a necesitar para retomar los asuntos y saber cómo está cada cosa.
- Si dejaste al resto de tu equipo algún documento con los asuntos que se quedaban en marcha, te puede servir para refrescar la memoria y saber por dónde empezar después del periodo vacacional de desconexión.
- Será difícil que vayas a la oficina y que no pierdas parte de la mañana hablando sobre las vacaciones con tus compañeros. Si en vez de ir convocas una videoconferencia para que te informen de la situación de los temas profesionales, la charla informal será mucho más breve e iréis más directos al grano.
- Revisa los correos electrónicos empezando por el más reciente. En algunos casos tendrás que leer todo el hilo de la conversación para saber qué ha pasado, pero en otros, al leer los últimos emails, verás que ya se ha solucionado y no necesitarás invertir tu tiempo en ellos.
- Recuerda, primero lo importante y urgente, y ante la duda lo importante debe prevalecer.
- Cuando tengas una visión general de cómo está todo, puedes reunirte con la persona o las personas que puedan aclararte dudas o concretarte la situación de algún proyecto o asunto. Si no están disponibles en tu lugar de trabajo, una breve videoconferencia, bien planificada, será más que suficiente.
- Si puedes, delega lo menos relevante o aquello para lo que no sea necesaria tu intervención.
- Por último, márcate metas y objetivos realistas y no pretendas en un día o dos hacerlo todo. La mayoría de temas podrán esperar unos días más y no es buena idea estresarse nada más volver de vacaciones.
Y por supuesto una actitud positiva te ayudará y mucho en este proceso. Piensa en lo que te puede ayudar a mejorar profesionalmente, o a hacer mejor tu trabajo, las habilidades que necesitas desarrollar o si te vendría bien formarte en algún área. Quizás haya procesos mejorables en la empresa o se puede innovar en algún aspecto, y puedes ser el impulsor o la impulsora del cambio. Los nuevos proyectos siempre aportan ilusión al día a día y tras el verano es un buen momento para ponerlos en marcha, sean a nivel personal o empresarial.