Su estreno este año como ‘puerto base’ ha multiplicado el impacto turístico en la ciudad pues los cruceristas que hacen escala pueden pasar allí 18 horas.
Tarragona es mucho más que un inmenso museo arqueológico al aire libre.
A sus tres Patrimonios de la Humanidad reconocidos por la UNESCO une también su vocación mediterránea, que la ha convertido en un referente del sector cruceros, potenciado este año con su estreno como ‘puerto base’. Esto ha motivado la puesta en marcha, en junio, de un Programa Integral para la Recepción de Cruceros. Por el momento la temporada va viento en popa, habiendo desembarcado 20 cruceros y unos 25.000 cruceristas en cinco meses. Y las previsiones son que, al finalizar la campaña, en noviembre, hayan pasado unos 40.000.
El mismo Mediterráneo por el que los romanos llegaron a Hispania en el siglo III antes de Cristo para fundar Tarraco, su primer asentamiento más allá de la Península Itálica, continúa su permanente idilio con Tarragona 24 siglos después. Y es que aquella pequeña ciudad portuaria va consolidando su posición dentro del sector cruceros.
Este 2017 ha dado un importante salto cualitativo pasando de ser solo un ‘puerto de tránsito’ a un ‘puerto base’ gracias a la apuesta de la compañía Costa Cruceros, que ha incluido a la ciudad tarraconense dentro de su programa Fun & Beach (diversión y playa), en un itinerario mediterráneo que parte de Savona (Génova, Italia) para hacer escalas en Tarragona, Ibiza, Mallorca, Menorca y Cerdeña.
Del 2 de junio al 29 de septiembre, todos los viernes, el Costa Neo Rivera hace una larga escala de 18 horas en Tarragona –desde las 08.00 a las 02.00 horas–, con una operativa de embarque y desembarque parcial de 400 cruceristas, a los que hay que añadir los 1.200 que van en tránsito y que salen para conocer la ciudad o hacer excursiones a lugares como Reus, Poblet, Cambrils, Salou o Port Aventura.
Este hecho, de gran impacto turístico para la ciudad, ha motivado la puesta en marcha por parte del Patronato Municipal de Turismo y el Puerto de Tarragona de un Programa Integral para la Recepción de Cruceros (PIRC) que incluye servicios y recursos esenciales para los cruceristas, pero también actividades y propuestas para dar a conocer los valores históricos, culturales y patrimoniales tarraconenses.
Entre estas propuestas están las recreaciones de Historia Viva; Ciutat de Castells, con exhibiciones los miércoles y los viernes, talleres hechos a medida donde aprender y practicar las posiciones de un castell; la visita a la primera obra de Gaudí en Tarragona, en el Santuario del Sagrado Corazón; la Ruta Gastronómica ‘Tarragona, Secreto Mediterráneo’ o dos apps gratuitas, una de realidad virtual sobre Tarraco y otra con cuatro rutas temáticas.
Según la Concejala de Turismo, Inma Rodríguez, el prósito de este PIRC es “buscar la excelencia en la acogida y la experiencia de los cruceristas en nuestra ciudad. Es un segmento turístico en el que todavía estamos aprendiendo y que requiere mucha flexibilidad, adaptación y eficiencia”. Y añade que “ la consolidación de Tarragona como destino regular de cruceros es una oportunidad única para la economía local y por el posicionamiento turístico, nacional e internacional, de la ciudad. Trabajamos para estar a la altura del reto que se nos presenta”.
Por su parte, el presidente del Puerto de Tarragona, Josep Andreu, destaca que “ aproximadamente el 80% de los cruceristas visitan la ciudad; por tanto, la oferta turística es básica para una excelente experiencia de estos visitantes”.
Por el momento, la temporada crucerista, iniciada en abril, va viento en popa, como lo prueban los 20 barcos –de Costa Cruceros y otras 11 compañías, que solo actúan en tránsito– recibidos en estos primeros cinco meses. Las expectativas son optimistas y desde el Puerto de Tarragona calculan que al final de la temporada, en noviembre, habrán pasado unos 40 cruceros y cerca de 40.000 pasajeros.
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