Tras la guerra de precios que se vivió dentro del sector de las hipotecas fijas, ahora es posible encontrar estos productos con un interés realmente atractivo que, en algunos casos, incluso se sitúa por debajo del 2%.
Sin embargo, desde el comparador financiero HelpMyCash.com alertan de que
hacerse con una hipoteca a tipo fijo con un interés tan bajo no está al alcance de todos los consumidores, pues
para poder pagarla es necesario contar con un nivel de ingresos relativamente alto.
Plazos de menos de 20 años
Actualmente, no existe ninguna hipoteca fija a 30 años que tenga un interés de menos del 2,4%. Por lo tanto, si queremos que el tipo sea del 2% o inferior, tendremos que seleccionar un plazo de 10, de 15 o de 20 años, lo que incrementará notablemente el importe de las cuotas mensuales que tendremos que pagar para reembolsar el crédito.
Imaginemos, por ejemplo, que queremos firmar un préstamo hipotecario medio de 150.000 euros. Si seleccionamos un plazo de 20 años para que el interés sea del 2%, la mensualidad resultante será de 758,83 euros. En consecuencia, si solo queremos dedicar un tercio de nuestros ingresos a pagar las cuotas, deberemos contar con un sueldo de más de 2.500 euros entre todos los titulares del producto.
Si el plazo seleccionado es de 15 años, la hipoteca se convierte en totalmente inasumible para el español medio. En este caso, la cuota de un préstamo de 150.000 euros al 2% es de 965,26 euros, así que habría que cobrar más de 3.200 euros al mes entre todos los titulares para poder pagarla sin sobreendeudarnos. Estos ingresos superan de largo la renta media percibida por los hogares, que según el INE fue de poco más de 2.200 euros mensuales en 2016.
La banca exige unos ingresos mínimos
Precisamente por eso, muchas entidades exigen que sus clientes cobren unos ingresos mínimos determinados para acceder a sus préstamos hipotecarios. Es el caso, por ejemplo, de Banco Sabadell, cuya Hipoteca Fija Premium va dirigida exclusivamente a los clientes que pueden aportar una nómina de al menos 3.000 euros. Esta política es parecida a la que sigue Kutxabank, que exige unos ingresos mínimos de 3.000 entre todos los titulares.
Otros bancos, en cambio, aceptan a clientes con bolsillos más modestos, pero les suben el tipo aplicado si no alcanzan un nivel de ingresos mínimo. Como ejemplos podríamos citar a Bankia, que solo ofrece el mejor interés a los titulares que pueden aportar una nómina de al menos 1.800 euros, o a BBVA, que sube el tipo aplicado en 0,4 puntos si el cliente no cobra un mínimo de 1.500 euros al mes.