Con esta última generación del Megane, Renault ha conseguido romper totalmente con la anterior, como ésta hizo con la precedente, ahora con esa ruptura la marca del rombo ha diseñado un modelo con la suficiente personalidad y atractivo como para ser uno de los favoritos de su segmento, incluida la versión que nos ocupa, la familiar o Sport Tourer.
Como ocurre con las mismas versiones de otras marcas, esta carrocería familiar del Megane presenta un aspecto más conseguido aún que la berlina, dejando ya en la lejanía del pasado, el que los wagon eran meras versiones alargadas de los 4 o 5 puertas y de dudoso diseño. En nuestro mercado, los adeptos a la practicidad de este tipo de carrocerías, va aumentando día a día (Aunque no se llega todavía a la media europea) y de hecho, las marcas se han dado cuenta y a estos familiares les dan incluso un aire deportivo que a veces las berlinas no tienen e incluso, hay fabricantes que solo ofrecen un estation wagon como versión tope de gama en potencia y deportividad. Este no es el caso del Sport Tourer, pero si lo es en lo que se refiere a su aspecto deportivo y en lo acertado de su diseño.
El Sport Tourer ha crecido 27 centímetro, llegando a los 4,63 metros de largo y se acerca claramente a la versión familiar de su hermano mayor el Talisman con 4,849 metros. Pero no solo la longitud distingue a esta versión, pues bajo la denominación de GT y además del color azul rayo, tan logrado y moderno, se añaden algunos aditamentos que hacen aún más atractivo el modelo, como el difusor trasero en color aluminio, la calandra de color negro, los faros full leds, llantas de aleación de 17”, la gruesa salida cromada del escape, más otros elementos entre los que figura sobre manera el 4Control de las cuatro ruedas directrices, cuyo funcionamiento detallaremos más adelante.
Además de ese mencionado aumento de longitud, hay que tener en cuenta también que ello proporciona una mayor batalla, que ahora se prolonga en 4 centímetros, lo que lógicamente repercute en la habitabilidad interior, sobre todo en beneficio de las plazas traseras y en el maletero, convirtiéndose en el modelo de este tipo que disfruta de un mayor habitáculo. Y además del espacio el Sport Tourer puede presumir de tener un habitáculo con diseño tan acertado como el exterior y con una terminación y un empleo de materiales de primera calidad, tanto en plásticos como en las inserciones de piel que se encuentran por las distintas partes del interior. Lo primero que destaca es la gran pantalla vertical R-Link de 8,7 pulgadas, que preside la parte central del salpicadero, cuyo manejo táctil es sumamente sencillo y bajo la cual se encuentran los mandos del climatizador y alguna tecla de funciones auxiliares, como el Easy Parking, con asistente de aparcamiento, ¿Para qué más si todo está en la mencionada pantalla?
El cuadro, que realmente es una pantalla digital, se puede configurar a gusto del usuario, tanto en color como en la disposición de los distintos relojes de información, siendo muy fácil de interpretar a la vez que atractivo. Igualmente se puede cambiar de color la luz ambiental de puertas y zona de la consola. La postura ante el volante no plantea ningún problema para cualquier tipo de fisiología y resulta además muy cómoda, a lo que contribuyen los bonitos y deportivos asientos que recogen muy bien el cuerpo. Los ocupantes traseros, como ya hemos comentado disponen de un excelente espacio para las piernas y pueden viajar igualmente cómodos. La agradable sensación de tener espacio suficiente alrededor se incrementa gracias al techo panorámico del que se dispone. Y para seguir con los espacios digamos que el maletero tiene una capacidad de 521 litros, pero puede ampliarse hasta nada menos que los 1.504 litros si se abate el asiento trasero, disponiendo además de 2,70 metros de largo, una de las cifras mejores de su segmento por no decir la mejor. El acceso al mismo se hace a través de un generoso portón y se puede destacar que el piso se puede montar en dos alturas. Una posición alta, cuando el asiento trasero está abatido, por lo que ofrece un piso totalmente plano y otra que ofrece otro compartimento para debajo del piso para ocultar objetos que nos interese que no se vean aunque el cubre maletero esté plegado.
El Sport Tourer GT, dispone del sistema 4Control, es decir tiene las cuatro ruedas directrices. Por debajo de los 80 km/h, las ruedas traseras direccionan en sentido contrario a las delanteras, con lo que se facilitan de forma decisoria las maniobras de aparcamiento o al circular por ciudad y callejear, donde el coche se muestra sumamente maniobrable y ágil. Por encima de esa velocidad, las cuatro ruedas tienen la misma dirección con lo que la estabilidad se favorece también de forma notoria. La verdad es que el Sport Tourer nos ha gustado mucho en la mayoría de sus cualidades y su comportamiento noble, rápido y seguro es una de las que más. Se puede disfrutar mucho conduciéndole y siempre teniendo una agradable sensación de nobleza y seguridad en todo momento, por muy viradas que sean las carreteras o circulemos a velocidades altas. Además hay que señalar que con la tecnología Multi-Sense se puede elegir y modificar la dureza de la dirección, la respuesta del pedal del acelerador, del motor, la del cambio de marchas automático, etc., pues a través del mando situado en la parte horizontal de la consola, se pueden elegir cinco modos de conducción: Neutro, Sport, Confort, Personalizado y Eco.
Si el comportamiento es definitivamente seguro y hasta divertido debido precisamente a esa agradable sensación de seguridad que transmite en todo momento, se redondea con un no menos excelente motor. Éste se trata de un dCi de 1,6 litros, que desarrolla 165 CV de potencia y un par de 380 Nm. Una motorización diésel que tiene un funcionamiento muy parecido al de un gasolina, por su dinamismo y hasta por su silencia de marcha, si exceptuamos como casi siempre ocurre al ralentí o en arrancadas fuertes en marchas cortas. Una vez en marcha su regularidad y ausencia de vibraciones lo caracteriza. Muestra siempre una vigorosidad encomiable, subiendo de vueltas con suma facilidad y al contrario que la mayoría de los motores diésel, desde muy bajas revoluciones comienza a empujar con fuerza. La velocidad máxima es de 215 km/h y la aceleración de 0 a 100 km/h. de 8,9 segundos, que no está nada mal. Como tampoco está nada mal que el consumo medio se sitúe en los 4,7 litros, una cifra propia de un utilitario.
Como es fácil de intuir después de leer estas líneas, el Megane Sport Tourer GT, es un coche que nos ha gustado mucho, tanto en su comportamiento seguro y ágil, como en su diseño, acabado y equipamiento, que están a un nivel muy alto, sobre todo en esta versión GT que no puede disimular un alto carácter deportivo a pesar de su carrocería familiar.
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