Tots som Barcelona” “Todos somos Barcelona y Barcelona es de todos” “No tenemos miedo”.
Estas frases inundaron las calles y las redes sociales por el atentado producido en la ciudad condal.
Los actos de terrorismo constituyen una ofensa a la humanidad entera. Su propósito es generar miedo para manipular el pensamiento humano y así coartar la libertad individual ocultándose a través de la práctica falsa de una religión.
Resulta difícil para muchos erradicar sentimientos de impotencia, odio y discriminación que intentan invadir el pensamiento cuando ocurren este tipo de atentados.
¿Cómo apartar el odio, el fanatismo y la violencia que son tan crueles y obstinadas expresiones humanas?
El volverse al interior es el punto de partida para un cambio y permite encontrar un estado de paz y bienestar que se refleja hacia afuera. Un enfoque diferente, una perspectiva más correcta para fomentar los valores, la unidad, la paz y el estar conscientes de la totalidad del bien que nos rodea es una ayuda siempre presente para vencer el odio y el temor. Es a través del Amor y de la armonía mental y no partiendo del odio que se llega a una base sólida.
El odio es un veneno que destruye desde adentro, produciendo amargura que corroe en los corazones y mentes. Por esta razón las Escrituras nos dicen no permitir que brote una “raíz de amargura" en nuestros corazones (Hebreos 12:15).
Desde los tiempos de Jesús hubo ejemplos de división, odio y opresión que llegaron hasta su crucifixión. Desde la visión de Mary Baker Eddy, fundadora de la Ciencia Cristiana “Si el maestro no hubiera tenido ningún alumno ni enseñado las realidades no visibles de Dios, no hubiera sido crucificado”. Él superó la crucifixión reflejando mansedumbre, amor y perdón ante tan crueles ataques. La expresión de estas cualidades es la que conlleva a la espiritualización del pensamiento como se aplica en la Ciencia Cristiana.
Un ejemplo a considerar fue la experiencia de Judy Wolff que ante un atentado terrorista encontró el poder de amar y perdonar. Al orar, llegó a comprender que la Inteligencia infinita no nos creó para que nos aterroricen y hagamos víctimas unos a otros y de esta forma pudo eliminar el temor sintiendo paz y dominio ante la situación.
Preservar el pensamiento considerando que como hijos de Dios tenemos el mandamiento de amarnos unos a otros puede vencer el terrorismo y esto nos lleva a reconocer que todos somos la expresión del Amor omnipresente. Esto procuro siempre llevarlo a la práctica y cuando salgo a la calle trato de incluir a todos, musulmanes, judíos, cristianos, como hijos de Dios, hechos a Su imagen y semejanza, sin ningún tipo de discriminación.
Eddy, oraba diariamente por la paz entre las naciones y en su país. Ella escribe en Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras: “El odio humano no tiene mandato legítimo ni reino, el Amor está entronizado”.
Vencemos por medio del amor. La verdadera defensa para protegerse del odio que se manifiesta por el terrorismo reside en el pensamiento imbuido de ideas espirituales que afirman el poder omnipresente de la Sabiduría divina. Estas ideas son las que precisamente necesita una nación para combatir el terrorismo con una base sólida y forjar una sociedad en la cual reine el respeto a la dignidad y a las tradiciones del otro, sin ningún tipo de discriminación. Una sociedad así sólo puede ser mentalmente saludable y generadora de paz.
Siglos atrás el Salmista describió los beneficios que se obtienen al aceptar nuestra unidad con el Amor;
…”Con sus plumas te cubre, y bajo sus alas hallas refugio; escudo y
baluarte es su fidelidad. No temerás el terror de la noche, ni la flecha que
vuela de día, ni la pestilencia que anda en tinieblas, ni la destrucción que
hace estragos en medio del día.…”(Salmo 91)
Este salmo es un cántico espiritual, es una oración sagrada y poderosa que nos lleva a sentir el cuidado y la protección divinas en todo momento. Esta promesa tan bien definida demuestra que siempre estamos protegidos, dirigidos y unidos en el Amor divino como lo demostró Jesús reconociendo siempre que ningún nivel de odio podía destruir su ser verdadero.
Todos somos constructores de la paz y la armonía.
Todos juntos podemos terminar con el terrorismo venciendo el temor en nuestros corazones con el amor y la fraternidad y así poder expresar:
“No tenemos miedo”