Un 19% de los menores españoles sufre en la actualidad obesidad y el 26%, sobrepeso, según la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN). Pese a estos datos, los padres y madres de nuestro país no están concienciados sobre la necesidad de que los niños mejoren sus hábitos nutricionales, cada vez más alejados de la dieta mediterránea.
Por eso, en vísperas del Día Universal de la Infancia -que se celebra el lunes 20 de noviembre-, Cinfa recuerda los datos de su V Estudio CinfaSalud: “Percepción y hábitos de salud de las familias españolas sobre nutrición infantil”, realizado el año pasado: la percepción de los padres y madres respecto al peso de sus hijos no se corresponde con la realidad en cuatro de cada diez casos (42,3%), mientras que el 13,1% de ellos no tiene conciencia del sobrepeso u obesidad reales de su niño o niña.
En este sentido, el experto del Departamento Científico de Cinfa, Eduardo González Zorzano, indica que “dado que una correcta nutrición constituye un pilar básico para el correcto desarrollo y bienestar del niño, los progenitores deben inculcar a sus hijos e hijas hábitos alimentarios saludables, que les permitan crecer sanos y les ayuden a prevenir el sobrepeso y la obesidad, así como enfermedades crónicas de base nutricional en la infancia, como la diabetes o la hipertensión”.
Un desayuno completo, asignatura pendiente
De acuerdo al estudio de Cinfa -avalado por la Sociedad Española de Pediatría Extra hospitalaria y Atención Primaria (SEPEAP)-, ocho de cada diez niños y niñas españoles (82,8%) no desayunan correctamente, a pesar de que, como recuerda González Zorzano, “esta primera comida proporciona al menor la energía necesaria para afrontar la primera parte de la mañana y contribuye al rendimiento escolar, por lo que debe cubrir al menos el 20-25% de las necesidades nutritivas de los niños. Si estos no desayunan bien y de manera completa, la productividad en clase es menor y, además, aumenta el riesgo de obesidad”.
El experto de Cinfa también advierte de que“nuestros hijos deben hacer cinco comidas diarias, en las que estén incluidos todos los grupos de alimentos de la pirámide alimentaria, lo que les aportará la cantidad de energía y nutrientes necesarios para un correcto desarrollo físico e intelectual”.
La investigación revela que más de la mitad (51,9%) de los escolares españoles consume carne entre cuatro y siete ocasiones a la semana, mucho más de lo aconsejado por los expertos, que indican que esta ingesta debería ser de entre una y tres veces semanales. Además, solo uno de cada cinco niños y niñas (21,3%) toma pescado con la frecuencia recomendada –más de tres veces a la semana-, mientras que únicamente uno de cada diez (12,1%) come verdura en más de siete ocasiones y el 30,3% nada más toma fruta con esta misma frecuencia.
En cambio, tres de cada cuatro niños y niñas españoles (74,5%) comen chucherías alguna vez a la semana, y el consumo de comida rápida también resulta preocupante: según el Estudio CinfaSalud, ocho de cada diez escolares españoles (82%) la toman al menos una vez al mes, a pesar de su escasa calidad nutricional.
Diez claves para conseguir que nuestros hijos e hijas se alimenten bien:
- 1. Recupera en casa la dieta mediterránea. La dieta española de toda la vida incluye todos los nutrientes que el menor necesita para un correcto crecimiento, gracias a los alimentos de gran calidad nutricional de los que se compone: el aceite de oliva, el pescado, las legumbres y cereales (pan, pasta y arroz), los lácteos, los huevos, las frutas, las verduras, el yogur y los frutos secos. El agua será siempre su mejor complemento.
- Asegúrate de que tus hijos comen cinco veces al día. La mayoría de pediatras y nutricionistas españoles recomiendan la distribución de la ingesta de calorías en cinco comidas diarias: un desayuno completo –esencial para que el escolar llegue a la escuela con energía-, almuerzo de media mañana, comida, merienda y cena a una hora temprana. De esta manera, se aseguran al menor todos los nutrientes necesarios y se evita “el picoteo” entre horas.
- Guíate por la pirámide alimentaria. Se trata de un instrumento muy útil a la hora de conocer las raciones de los alimentos y la frecuencia con que nuestros hijos e hijas han de tomarlos. Explícasela y diseñad juntos menús que cumplan los criterios que esta marca.
- Evita los alimentos que engordan, pero no alimentan. El consumo de fritos, bollería, dulces y snacks debe constituir una excepción, pues contienen excesivos azúcares, grasas saturadas y sal, además de no aportar apenas micronutrientes. Lo mismo sucede con la comida rápida: no la conviertas en un rito semanal.
- Comed en familia. Organizad los horarios para poder comer juntos al menos una vez al día y aprovechad ese momento de reunión para charlar, bromear y hacer planes. Y acuérdate de predicar con el ejemplo: los más pequeños observan e imitan los hábitos de los mayores y aprenden de ellos.
- En la mesa, aparcad el móvil y la televisión. La atención de niños y progenitores debe centrarse en la comida y en quienes se sientan a la mesa. Los dispositivos tecnológicos interrumpen o anulan la conversación familiar, por lo que es recomendable dedicar ese rato a hablar con los tuyos y dejar para otro momento los mensajes, el teléfono o la tele.
- Llévatelos a hacer la compra. Pídeles ayuda para elaborar la lista y, una vez en el supermercado, que se hagan cargo de una parte. Enseña a los más mayores a interpretar las etiquetas y comenta con ellos los valores nutricionales de los productos.
- Prepara los alimentos de maneras diversas y pídeles que cocinen contigo. Alternar asados, hervidos, a la plancha, guisados o incluso crudos en gazpachos y ensaladas garantizará que la comida se convierta en un hábito variado y estimulante. Enséñales algunas técnicas culinarias sencillas o divertidas y pídeles que te ayuden a decorar los platos.
- Ponles en movimiento. Anima a tus hijos a realizar ejercicio, pero también a reducir el número de horas que pasan frente a la televisión y los videojuegos. Sobre todo, aliéntales a llevar una vida activa, en la que caminen, paseen o suban escaleras de manera cotidiana.
- Asegúrate de que duermen más de diez horas. Las sociedades científicas recomiendan que los escolares de entre 6 y 12 años duerman más de diez horas diarias, como un arma más para combatir el sobrepeso. Además, todos los niños y niñas necesitan descansar bien para poder afrontar su jornada de juegos y escuela.