La estética se ha convertido en la principal razón para hacer deporte, frente a otros motivos como mejorar la salud.
Tras los copiosos ágapes propios de las Navidades, ir al gimnasio y bajar de peso se han convertido en los propósitos estrella del nuevo año. Tal es así, que el número de matriculaciones al gimnasio en estas fechas crece en torno al 30%, según los expertos. Sin embargo, el último estudio realizado por
Acierto.com refleja que estos datos no son tan positivos.
El informe revela que, a pesar del mencionado incremento, actualmente solo el 23,6% de los españoles está apuntado a un centro de este tipo. El 20% acude muy poco a él, entre una vez a la semana y nunca. El 33% lo hace dos veces; y únicamente el 47% se lo toma en serio -va más de tres veces a la semana a ejercitarse-. Pero, ¿qué nos lleva a acudir al gimnasio? El 64,3% lo hace para lucir "tipazo" y tonificar el cuerpo. Le siguen los que dicen visitarlo por salud -el 15,7%- y para adelgazar -el 14%-. El resto alega que su objetivo es conocer gente y otras razones.
Respecto a aquellos que no están apuntados, el comparador de
seguros de salud desvela que el 48% no ha pisado jamás un gimnasio (al menos como socio). El 31% estuvo afiliado a uno por última vez hace más de tres años, mientras que el 6,5% ha dejado pasar entre dos y tres años, y el 8,3% entre uno y dos años. El 6,2% restante estuvo inscrito hace menos de un año.
El sedentarismo de los españoles, un riesgo para su salud
Tampoco practicamos deporte de otro modo, sino que hasta 17 millones de españoles admiten ser sedentarios (el 57,5% de los que tienen entre 18 y 65 años) y 7 millones más (el 23%) reconocen no realizar nada de ejercicio, ni siquiera caminar. Por desgracia, el sedentarismo, junto a otros factores, puede incrementar el riesgo de obesidad, depresión, patologías cardiovasculares, cáncer y otras enfermedades. También reduce la esperanza de vida en hasta siete años y está asociado a un rendimiento laboral inferior.
Las cifras cobran todavía más importancia si tenemos en cuenta que esta tendencia también afecta a los más jóvenes: solo el 21% de los menores de 10 años hace deporte; y que el 81% de los adolescentes en edad escolar no se mantienen lo suficientemente activos. Además, el 80% de los niños únicamente lo practica en el colegio.
En todo caso, existen diferencias por comunidades autónomas: los madrileños, canarios y andaluces son los que más ejercicio hacen, mientras que los vascos y los baleares los que menos interés sienten por él.
Cuidarse tiene premio en el seguro de saludY precisamente porque hacer deporte conlleva múltiples beneficios para la salud, algunas aseguradoras premian a sus clientes que se mantienen activos. Es el caso de Néctar, que cuenta con planes de recompensa y beneficios para este tipo de usuarios.
“Las aseguradoras están empezando a ser conscientes de que, probablemente, un cliente que practica ejercicio con regularidad conllevará un menor gasto sanitario a la larga y, por tanto, un menor riesgo. La popularización de los wearables y la integración de sus datos en el mercado asegurador serán fundamentales para adaptar las pólizas a los hábitos de ejercicio de los usuarios”,
apunta Carlos Brüggemann, cofundador de Acierto.com.
Para acabar, el estudio de Acierto.com pone de manifiesto que al 61,5% le preocupan las calorías que ingiere. Tanto, que el 54% de los españoles trata de llevar una dieta equilibrada, mientras que el resto cuenta las calorías que ingiere. Esta última, sin embargo, es una práctica que -unida a otras cuestiones propias de cada individuo- podría acabar derivando en problemas alimentarios más graves como la ortorexia y similares.
Por otra parte, más de la mitad de los encuestados asegura haberse puesto a dieta alguna vez (el 58%). El 24% lo hizo en una ocasión puntual, mientras que el 18,5% durante el último año. El 16% de la muestra estaba a régimen durante la encuesta.
“En todo caso, en el proceso de ponerse a dieta resulta clave la figura de un profesional especializado, de un nutricionista que nos oriente y nos inculque buenos hábitos alimentarios sin poner nuestra salud en juego”,
incide Brüggemann.