El 70% de las personas empobrecidas son mujeres, pese a tener el 66% de la carga de trabajo, para tan sólo recibir el 10% de los ingresos o poseer el 1% de la propiedad.
Así, los emprendimientos liderados por mujeres están cambiando la realidad social y económica de los países en desarrollo, apostando por la sostenibilidad social y ambiental según se desprende del informe ‘Mujer, pobreza y desarrollo sostenible’, elaborado por Fundación COPADE en colaboración con el Ayuntamiento de Madrid.
Fundación COPADE, entidad centrada en el desarrollo del Comercio Justo, el Consumo Responsable y la preservación del Medio Ambiente, ha elaborado el informe ‘Mujer, pobreza y desarrollo sostenible’, en colaboración con el Ayuntamiento de Madrid. El informe analiza cómo los emprendimientos liderados por mujeres están cambiando la realidad social y económica de los países en desarrollo, apostando por la sostenibilidad social y ambiental.
Existe una relación directa entre ocupación y emprendimiento femenino y generación de riqueza e igualdad. Cuando el número de mujeres ocupadas crece, también lo hacen las economías. Aun así, el 70% de las personas empobrecidas en el mundo son mujeres. Según Naciones Unidas, aunque ellas son las que realizan el 66% del trabajo y producen el 50% de los alimentos, solo reciben el 10% de los ingresos y poseen el 1% de la propiedad. De este modo, para Javier Fernández, director de Fundación COPADE, “Es un hecho que existe la feminización de la pobreza. Las mujeres se enfrentan a muchos más obstáculos para acceder a la educación, a la salud, a un empleo remunerado que les permita ser independientes por lo que sufren una pobreza multidimensional mucho mayor que los hombres.”
“En pleno s.XXI, en muchos países, situaciones tan cotidianas como registrar un negocio, abrir una cuenta en el banco, firmar un contrato de trabajo o viajar al extranjero no son posibles sin permiso escrito del marido, según datos del Banco Mundial. Además, más de 50 millones de niñas en todo el mundo no están escolarizadas, limitando su futuro y sus posibilidades de desarrollo económico. Así, las mujeres ganan de media un 23% menos”, añade Javier Fernández.
Mujer y emprendimiento como forma de acabar con la desigualdad
“Un punto importante cuando se habla de emprendimiento es la economía social que a través de las cooperativas de trabajo asociado se han constituido como un mecanismo muy activo para generar empleo”, detalla Javier Fernández. En España, existen más de 6.500 de estas cooperativas de trabajo asociado en las que el 55% de los empleados son mujeres.
Por otra parte, la economía social siempre ha estado muy relacionada con el Comercio Justo como una de las mejores herramientas para generar riqueza en los países en desarrollo. Además, es un instrumento de gran alcance para lograr la igualdad efectiva entre hombres y mujeres porque las organizaciones que participan no pueden discriminar por razón de género o estado civil, garantizan la ausencia de violencia hacia las mujeres y tienen que incorporarlas a los procesos formativos sobre negociación y estrategias. Además, adoptan políticas de crédito adaptadas a sus necesidades, garantizan su acceso a los bienes productivos como la tierra y facilitan la existencia de espacios de participación y acceso a cargos de decisión.
En este contexto, las mujeres han encontrado un espacio muy propicio para su participación activa ya que, entre otras cosas, el Comercio Justo, garantiza la igualdad de oportunidades para ambos sexos.
Historias de mujeres emprendedoras
COPADE trabaja actualmente, de forma directa o indirecta, con varios emprendimientos liderados por mujeres en países en desarrollo, como son los casos de Nancy, Jacqueline, Nelly o Silvia.
Nancy Hernández vive en Marcala, un pequeño municipio en el departamento de La Paz a unos 100km de la capital hondureña de Tegucigalpa. Desde hace ocho años lidera su propia empresa cafetalera y ha sido pionera en promover y defender el consumo de café de calidad en su región y en Honduras. Nancy empezó su empresa familiar con dos empleados y una cafetería y hoy en día son propietarios de tres cafeterías y cuentan con 10 empleados, aunque la cifra de trabajadores indirectos supera la veintena.
Jacqueline Quishpe es la gerente comercial de `La Huerta de Ina’, una microempresa agroecológica ubicada en Santo Domingo de los Tsáchilas, un municipio al noreste de Ecuador. Dedicada a la elaboración de conservas gourmet y cultivos agroecológicos en su pequeña finca de siete hectáreas, procesan frutas tropicales gourmet. También elaboran condimentos naturales como la vainilla, cúrcuma, jengibre o cardamomo.
Nelly Moreno es la gerente propietaria de Gramolino, una empresa con más de 15 años de experiencia en el manejo de granos y cereales. Esta Ingeniera de alimentos, dirige un equipo de seis empleados. Uno de sus principales objetivos es rescatar y dar a conocer los granos ancestrales, en especial el amaranto que es también conocido como ataco o sangorache. Desde Gramolino trabajan de una manera socialmente responsable.
Silvia Terán reside en Quito y lidera su empresa Toltekito desde que la fundó hace una década. Empezó su emprendimiento haciendo tortillas de maíz en casa. Realizaba todo el proceso del molido y cocción del maíz de manera artesanal. Poco después empezó a ser proveedora de tortillas para varios restaurantes, y hoy su empresa cuenta con 15 empleados. Ahora sueña con formar un grupo de mujeres que sean las distribuidoras de sus productos.
Comunicado de prensa Los emprendimientos liderados por mujeres cambian vidas en los países en desarrollo publicado en comunicae.es